Ha comenzado la segunda edad de oro de la radio

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La invención de la radio, uno de los instrumentos que ha transformado y ha unificado a la humanidad”.
Umberto Eco (Italia, 1932-2016)     

Cuando tratamos de establecer el origen de la radio, ese invento extraordinario de finales del siglo XIX, a través del cual el hombre logró enviar mensajes por las ondas electromagnéticas (llamado en un primer momento “telegrafía sin hilos”), aparecen los nombres de científicos de peso, auténticos pioneros de la ciencia y la invención, genios de la física:

  • El italiano Guillermo Marconi, quien la patentó en 1897 gracias al apoyo del gobierno británico, a sus experimentos. Al recibir el Premio Nobel de Física en 1909 dijo: “Cada día veo a la humanidad más victoriosa en la lucha con el espacio y el tiempo”.
  • El serbio Nikola Tesla, precursor de las comunicaciones inalámbricas. En sus reflexiones afirmó: “Un instrumento de poco costo, y no más grande que un reloj, permitirá a su portador escuchar en cualquier parte, ya sea en el mar o en la tierra, música, canciones o un discurso de un líder político”.
  • El alemán Heinrich Rudolf Hertz, estudioso de la propagación de las ondas electromagnéticas en el espacio. Su apellido fue inmortalizado en los códigos de radio, Hertz amaba las matemáticas, por ello afirmó: “Uno no puede ignorar la sensación de que las fórmulas matemáticas tienen una existencia independiente, y una inteligencia propia”.
  • El escocés James Clerk Maxwell, genio de la termodinámica, el creador del concepto de onda electromagnética. Su frase más celebrada es: “Cuando tomamos cierto interés en los grandes descubridores y en sus vidas, es cuando la ciencia se hace soportable”.
  • El ruso Alexander Popov, hombre que trató de predecir las tormentas eléctricas, y por ello inventó la antena. Fue un obsesionado por demostrar su supremacía científica, llegó a firmar: “Cada victoria es un sentimiento diferente porque estás compitiendo con diferentes contendientes y en diferentes competiciones, y con la esperanza de hacerlo mejor cada vez”.
  • Reginald Aubrey Fessenden, investigador canadiense que en 1906 realizó la primera transmisión de radio trasatlántica. Esa primera transmisión, Fessenden la comenzó diciendo: “Uno, dos, tres ¿Está nevando donde usted está señor Thiessen?”

Es difícil determinar quién en solitario pudiera llevar el título de “El padre de la radio”, aunque para la farándula y los resúmenes fáciles sea el boloñés Guillermo Marconni. Pero, la radio fue el producto de todos esos aportes científicos, casi fue un hallazgo colectivo. Lo cierto es que desde comienzos del siglo XX la humanidad ha percibido con asombro, cómo mensajes emitidos a cientos de kilómetros, pueden ser captados por un receptor modesto, manejable, portable; sin importar lo accidentado de la geografía, y sin necesidad de ser un usuario potentado. Desde su origen, la radio ha sido un medio de costos modestos, su estructura es austera y profundamente democrática.

El 2 de noviembre de 1920 se realizó la primera transmisión masiva de radio, fue en los Estados Unidos de Norteamérica, desde la ciudad del acero: Pittsburgh, en Pennsylvania, a través de la emisora en amplitud modulada llamada KDKA; lo que se considera la primera transmisión comercial de radio en el mundo. Esa nación desde entonces comenzó a disfrutar y a desarrollar el novedoso medio.

En Venezuela llegó en 1926 gracias a la licencia de operación que Juan Vicente Gómez otorgó a la Ayre Broadcasting Caracas, emisora pionera que salió al aire el 6 de junio de ese año, y transmitió por parlantes precarios, colocados en una plaza de la Caracas bucólica. Por esa razón, el 6 de junio en Venezuela celebramos el “Día de la radiodifusión”.

En Maracaibo conocimos la radio en 1930 gracias a Radio Difusora Maracaibo, desde entonces hemos escuchado voces, música, efectos sonoros que estimulan nuestra imaginación, que entran en nuestras casas y nos entretienen, informan y hasta nos conmueven con sus historias.

Ha transcurrido un siglo desde su invención y ahora la radio vive su segunda época de oro. En la Sociedad de la Información, donde actualmente vivimos, se ha revalorizado, se ha potenciado: nació la “ciberradio” o radio por internet. Ahora escuchamos radio en el automóvil, en el transporte público, en la computadora de mesa, en las PC portátiles, en el teléfono inteligente; con una gran facilidad. Incluso la escuchamos a través de la televisión satelital, ya que las operadoras satelitales han reservado varios canales para emisoras de diversos países. Gracias a la aplicación Tune In, podemos escuchar una emisora en señal abierta con sede en Maracaibo, Tucumán o Monterrey, en cualquier parte del mundo, como si fuera una señal local. Lejos de desaparecer con el boom de la televisión en los años 50, como lo prefiguró Woody Allen en su filme “Días de radio” de 1987, la radio cobró mayor vigencia, mayor alcance y penetración.

Emisoras como BBC de Londres, La Voz de América, La Radio del Sur, Radio Mitre, Fe y Alegría ALER, Radio Nacional de Venezuela, Radio Caracol de Colombia, son una referencia mundial en cuanto a información y cobertura de eventos noticiosos. Todas tienen una gran vigencia y un sólido liderazgo, están por encima de muchas televisoras globales.

Yo tengo el orgullo de pertenecer a la generación de locutores que se formaron en Radio Selecta 1390 AM, emisora que pertenecía a la organización Fe y Alegría; la dirigía el padre jesuita José María Baquedano sj. Allí comenzamos las carreras un grupo de locutores muy cercanos: Ángel Martínez González, Ramón Soto Urdaneta, Moraima Gutiérrez, Evaristo Pérez Suárez, Morelia González. En esa modesta, pero extraordinaria emisora, trabajaron locutores con la calidad de Francisco Arrieta, Enrique Rodríguez Mota, Carlos Ernesto Bohórquez, José Ramón González y Migdalia Caridad de Castellanos. Ellos representan una generación anterior, son grandes maestros de la oralidad.

En la actualidad, disfruto mis días en la radio, en la emisora que creé en 2011, gracias a la habilitación de CONATEL, estación de corte comercial que llamé SUITE 89.1FM en homenaje a los músicos zulianos que actuaban los domingos en las retretas en la Plaza Bolívar, donde interpretaban mosaicos orquestales. Precisamente, ese es el significado de ese vocablo “suite”, de origen francés, aceptado por la Real Academia de la Lengua Española. La estación Suite 89.1FM tiene cobertura para toda Maracaibo, San Francisco, La Cañada de Urdaneta, los municipios Miranda, Mara y parte de Cabimas.

El catedrático de la Universidad Complutense de Madrid, el doctor Mariano Cebrián Herreros, afirma: “La radio se fundamenta en una técnica y en un lenguaje sonoro que requieren la adecuación de todo contenido a sus peculiaridades para que realmente resulte un periodismo auténticamente radiofónico”.

Honrando la memoria de Marconi, Tesla, Papov, Hertz, Maxwell, Fassenden; y sobre todo brindando un servicio digno a nuestros usuarios leales día a día, debemos seguir haciendo radio de altura y escuchando programas de radio con calidad.

Los periódicos impresos están sentenciados de muerte, desaparecerán y serán sustituidos en pocos años por sus ediciones digitales. La televisión está asediada por la vida agitada, la gente no se puede permitir estar anclada por horas frente a su pantalla, como lo hacía antes: un telespectador inmóvil frente al televisor esclavizante. La mayoría ahora prefiere la versatilidad de una tableta, una laptop, o simplemente un teléfono inteligente, que van con la persona o usuario a todas partes; en horas de ocio o de negocio lo acompañan por igual.

Mientras este cambio de paradigma se asimila, la radio disfruta de su nueva época de oro, como la vivieron los marabinos en mayo de 1935 cuando Carlos Gardel nos visitó, y llegaron sus álbumes en vinilo, y sonaron en nuestras incipientes emisoras. El bardo porteño dejó su huella indeleble en la historia de la ciudad. Como también la dejó Orson Wells en la memoria del pueblo norteamericano con su célebre “Invasión de marcianos”. O como la dejó la emisora CMQ desde La Habana en la música del Caribe y sus cantores: señal que aún perdura en la memoria musical.

La radio está rejuvenecida, pero ahora debe coadyuvar a que los usuarios aprendan a informar y a informarse, sepan elegir los mejores contenidos programáticos, a escuchar las emisoras o las ciberradios con dignos contenidos musicales e informativos, estaciones que respeten la corrección de la palabra hablada, que es la esencia de la comunicación hertziana; y que privilegien la veracidad.

En las grandes catástrofes del mundo, así como en los momentos más estelares de la cultura y el deporte global: la radio ha sido el principal medio difusor, ha llevado las incidencias. Y al parecer, así seguirá, será la gran protagonista en la comunicación, siempre presente en la historia de los pueblos: vehiculando la música, la palabra hablada, el acontecer a cada instante.

 

 

León Magno Montiel
@leonmagnom
leonmagnom@gmail.com

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