La música es una cosa amplia,
sin límites, sin fronteras, sin banderas.
(León Gieco, Argentina 1951)
Colombia tiene una gran tradición de trovadores, de cantores que han llenado, con su poesía y su melodía conjugadas, la historia de esa bella nación. Gabriel García Márquez expresó que los compositores Rafael Escalona y José Barros, decían en los tres minutos, lo que duraba una de sus canciones, lo que a él le costaba 300 páginas expresar. La tierra neogranadina es una cantera de cantores, de payadores, de buenos ejecutantes musicales. Surgen en todos sus departamentos, en todos los confines de su extensa geografía. Uno de ellos es el talentoso Toño Restrepo.
El mundo musical ha recibido con beneplácito la reciente producción de Toño Restrepo, un álbum titulado “En la sala con el Joe”, un hermoso tributo al cantor cartagenero Joe Arroyo, nacido en 1955, uno de los titanes del canto caribeño, un insigne intérprete del folclor negro de Colombia. Ese álbum/homenaje ha sido nominado a los Premios Grammy 2016 en la categoría Latino contemporáneo, por su originalidad, por su elaborada urdimbre de ritmos y armonías jazzísticas. Es una auténtica ofrenda a la música del Joe, enmarcada en la música del mundo.
Toño Restrepo se ha desarrollado en la capital colombiana, desde allí, ha proyectado sus creaciones. Él tiene sangre paisa y Caribe, es un heredero de las raíces afrocolombianas de la costa atlántica, es un enamorado de la africanía costeña de su país. Desde los seis años experimentó con su voz, tocó la guitarra, se hizo asiduo de los estudios de grabación, estudió en la Academia Escala, participó en coros. Es un buen locutor, voz de identidad de varias empresas, un creativo, productor musical de alto vuelo, con influencia de Fito Páez, Glen Monroig, la Nueva Trova, y de los cantores de su patria, sus apreciados colegas.
Ese álbum contiene 10 temas icónicos de la carrera de Joe Arroyo, una producción que el cantor cartagenero no llegó a escuchar, pues murió el 26 de julio de 2011 debido a complicaciones renales y cardiacas, producto de sus abusos en las noches de bohemia.
El producto musical de Restrepo incluye la emblemática canción “La Noche“, donde participa el destacado violinista cubano Alfredo de la Fe, un virtuoso que nació en La Habana y estudió en Europa, y ha participado en la Fania All Stars, en la Charanga 77, y ha editado más de veinte álbumes como solista,
“En invierno tu calor yo fui
tu sombra en verano ardiente.
Soy yo, mi niña,
tu sed de amor esta noche.
Mi ninfa, di porque te marchas“.
También recreó el tema “Rebelión“, un éxito planetario del Joe, tema que solía interpretar en sus shows Toño Restrepo, mucho antes de emprender este proyecto. Quizá esa fue la mecha que encendió tal pebetero musical,
“En los años mil seiscientos
cuando el tirano mandó,
las calles de Cartagena
aquella historia vivió“.
Una bella canción incluida es “El Caminante“, un gran clásico que en Venezuela conocimos a través del Dueto Criollísimo. Lo arregló en tiempo de reggae, con sonoridades jamaiquinas, de las stellbands, con vibráfonos, y con la participación del talentoso músicoÁlvaro Gaviria,
“Llevo el paso infinito del caminante
yo nací en una tierra lejos de aquí.
Si alguna vez preguntan quién fue tu amante
diles que fue un caminante que la vida trajo aquí.“
“Manyoma“ es otro de los temas versionados, con la colaboración del destacado músico Jacobo Vélez, extraordinario saxo alto de larga trayectoria.
En el álbum de Restrepo destaca su interpretación del tema “Tal para cual“, en tiempo de ¾, en ritmo de joropo pasaje, con una regia ejecución del cuatro venezolano y las maracas llaneras.
El tema de Joe “Pa’l bailador”, que originalmente grabó en 1989 en Medellín, lo hizo Toño con arreglos jazz chillout, con el pizzicato de violín a cargo de Alfredo de la Fe, maestro que adoptó la nacionalidad colombiana en gratitud a la acogida que le brindó ese país, a los afectos que en esa tierra germinaron.
Otro clásico recreado por Toño Restrepo es “Ella y tu”, en tiempo de 6/8, suena como una gaita romántica, uno de los mejores logrado en este álbum, que en su totalidad, es una alhaja musical. Tanya, la hija de Joe que murió devorada por un cáncer, es recordada con la canción que su padre le compuso, otra genialidad de Restrepo plasmada en ese álbum.
Cierra con el popular “Ay mi Dios”, la caribeña plegaria del Joe, llena de síncopas y sabrosura, con acompañamiento del clarinete de Jacobo Vélez, en el sensual ritmo de cumbia, con tambores de la costa colombiana repicando,
“Yo que nací en cuna pobre,
oye papa
Nunca me ha pasado nada
desde muy niño luché
pa’ conseguir la fama “.
Esta obra En la salsa con el Joe, trata de darle un toque universal a la música que nos legó Arroyo. En esta producción, Toño Restrepo habla en primera persona con el sonero cartagenero, de dice frases como, “Confundido, pero no perdido Joe“. Un trabajo labrado durante muchas noches, con una multiplicidad talentos convocados.
Gustavo Aguado, el líder de la banda Guaco, dice que la música de Joe en la versión de Restrepo, no solo es para bailarla, donde cabe perfectamente el término echar un pie. También es para escucharla. En palabras textuales del Guaco mayor, “es música para los pies y para el cerebro, te pone a bailar y pensar por igual”.
El trovador colombiano Toño Restrepo ha declarado que está muy entusiasmado con el éxito del álbum, publicado a finales de 2015, y siente que los premios Gramófonos de Oro 2016, podrían impulsarlo. Le darían un espaldarazo a su carrera como intérprete. Esto lo incentiva a seguir creando, produciendo notas y versos, a seguir cultivando la trova contemporánea colombiana.
Y como dijo el maestro argentino León Gieco, a seguir izando esa bandera sonora, que no tiene límites, ni fronteras, que es la música, y bien en alto.
León Magno Montiel – @leonmagnom