Reafirmando que son la Súper Banda de Venezuela, después de venir “Galopando”, Guaco nos entrega “El sonido de Venezuela”, un ambicioso, pero cumplido título, que en nueve surcos ofrece la amalgama de una agrupación que no deja de reinventarse para mantenerse vigente.
Tras una intensa radiodifusión del primer promocional “Pídeme”, interpretado por Ronald Borjas, esta nueva producción incluye “Suena a Venezuela”, de Alejando “Nano” Silva y con la participación especial de Rafael “Pollo” Brito en el cuatro y de Ernesto Laya “Layita” en las maracas, con la mayor carga de sabrosura del disco.
Gustavo Aguado interpreta “Entraíto en años” y “A quemarropa”. En la primera, la voz líder de Guaco vuelve a homenajear la fusión, poniéndole voz a un tema con olor a costa colombiana, probablemente extraído del folclor popular de la hermana república.
Una “vaina” muy sensual (con Guaco uno nunca está seguro qué es exactamente), pero con maracas, cuatro y trompeta es “A quemarropa” de Jorge Spiteri, quien junto a Hiyanu Alcántara tiene una pequeña participación in english, dentro del show que es escuchar a Gustavo Aguado en este tema que parece un consomé (por lo denso y sabroso).
En “Oleo a una mujer”, y como si del retrato de un “mujerón” se tratara, Luis Fernando Borjas “rapea” con swing latino, invitado a descarrilarse en el cuerpo de la mujer que le pinta y arregla Luis Enrique Muñiz.
Con olor al mar Caribe y casi con el sonido de su oleaje, Ronald Borjas canta “Me muero de ganas”, del gran José Alfonso Quiñones. Romántico pero bien tropical.
Con cumacos y todo, también de “Nano” Silva, “Si fuera tu bailo conmigo” (el título ya dice bastante) está dedicada a Los Blanco. Tiene ritmos de tambor, rumba y dejos de salsa brava; es pícara y sensual en sus letras, con la voz de Ronald Borjas y las espontáneas intervenciones de Gustavo Aguado.
Más romance: en la aterciopelada voz de Luis Fernando Borjas se escucha “Pasan los días”, de José Alfonso Quiñones y Fernando Molina. Cuando menos te lo esperas los arreglos te llevan a una especie de cha cha chá en el segundo coro, para retomar la balada pop en los otros. Linda para enamorarse.
“Trastornado” cierra el disco, con un estilo Guaco inconfundible de aquí a Pekín y de comienzo a fin. De letra sencilla, con juegos de palabras y licencias poéticas, pero con ricos arreglos, es para cantarla y bailarla en simultáneo. Aquí, la dinastía Silva (Nano) y la Borjas (Ronald), son las culpables de tanto sabor con sonido a Venezuela.
Por entero, el disco está “dedicado a José Vicente Manzano Zabala… a los padrinos de la muñeca… Voz Veis, Ricardo Sarmiento, Hirvin Flores…a Malanga, Desorden Público”, bajo la responsabilidad de uno de los padres de la criatura y productor musical, Gustavo Aguado.
Y como complemento y como una razón más para comprarse el disco original, incluye una versión sobre el significado de “El Tridente”, por el periodista Gustavo Méndez:
El Tridente
Propios y extraños, y probablemente usted que ahora tiene este cd en sus manos, se ha preguntado qué es ese símbolo que identifica a Guaco, El Sonido de Venezuela. En el intento por descifrar ese emblema muchos lo han llegado a confundir con un cactus, y no es para menos dada la semejanza gráfica. Pero no lo es, es un Tridente. Ahora emergerá otra interrogante ¿Por qué un Tridente? ¿Qué significa eso? Pues antes de seguir leyendo estas líneas los invito, por favor a colocar este cd y dejarse llevar por sus canciones.
La respuesta a esa interrogante la escucho en este momento. Sí, el Tridente es esa música ecléctica y vanguardista, esa prosa romántica, urbana o fiestera que usted disfruta. Es la actitud, la audacia a romper esquemas, a explorar inéditas sonoridades, a ser pioneros asumiendo el riesgo que eso entraña, a reinventarse en cada trabajo, en fin, a fabricar música de calidad, esa que mundialmente es conocida como ritmo Guaco.
No en balde el Tridente es el emblema de las divinidades griegas y marinas. De la sabiduría, de otear el futuro desde el presente, del perenne aprendizaje. Por eso, desde hace cuatro décadas, el Tridente guía el andar de Guaco por ese sendero infinito, siempre difícil y complejo, pero no menos satisfactorio, que es crear música. Esa que usted siente, al igual que lo han hecho millones de personas que en diversas épocas han bailado, enamorado, llorado y gozado gracias a los treinta y tres discos de Guaco.
Este intento de interpretar el Tridente no es la última palabra. La mejor definición es la que usted pueda darle. Al fin y al cabo ese collage musical que encarna Guaco siempre nos depara una sorpresa. Que sean las emociones, los recuerdos, la alegría y esas múltiples sensaciones que cada canción de Guaco le despierta, las encargadas de hacerlo. Permítase su propia definición… y siga disfrutando de la Súper Banda de Venezuela.