“Ni aún el ímpetu de los huracanes puede apagar el simbólico Faro del Catatumbo. El Zulia entre la noche relampaguea”
Marcial Hernández
Entre los símbolos del Zulia, el Relámpago del Catatumbo está a la vanguardia como un gran enigma. Su belleza y portento le han dado un sitial privilegiado en nuestro himno, escudo y bandera. El misterio que rodea su existencia lo ha convertido en uno de los fenómenos naturales más extraños y hermosos del mundo y en todo un banquete científico.
La sabiduría indígena bautizó al silencioso faro nocturno como Catatumbo: “eterno resplandor en las alturas”. Y aunque no emita sonido alguno, sigue siendo un relámpago, pues se trata de un fenómeno natural ocasionado por sucesivas descargas eléctricas, producidas a su vez por la formación de vapor de agua cuando es temporada de lluvias abundantes. Hombres de ciencia lo consideran el producto de la fricción entre el aire caliente de las zonas de Falcón y Zulia y la corriente fría de la cordillera merideña, lo cual generaría la energía eléctrica que da origen a la chispa constante en forma de relámpago. También se ha tratado de explicar por la cantidad de gases inflamables que se desprenden de las fuentes petrolíferas de la cuenca del Lago.
Decenas de científicos han sucumbido a sus maravillas: Agustín Codazzi, Francisco Depons, Anto Goering, Jesús Gómez Virla, entre tantos otros.
En el Sur se hace la luz
Guía de navegantes y musa de poetas, el Relámpago del Catatumbo está localizado en la ensenada del Congo, en el Parque Nacional “Ciénagas de Juan Manuel de Aguas Claras y Aguas Negras”. Precisamente en el municipio Catatumbo, en pleno Sur del Lago de Maracaibo. Pero hay uno, de los casi veinte pueblos palafíticos que recorren la silueta del Coquivacoa, bendecido por su luz: Congo Mirador, mimetizado entre el mangle y el Catatumbo.
Un paseo por su historia
Desde antes de la Conquista, alrededor del siglo XV, el cielo del Sur del Lago era iluminado por este extraño fenómeno natural. El desarrollo de la civilización, específicamente la luz eléctrica, nos sometió a luna gran pérdida: dejar de contemplar desde Maracaibo su eterna zigzagueante luz. De esto, hará apenas poco más de veinte años.
El Faro, enemigo de los conquistadores
Algunos historiadores cuentan que Francis Drake, uno de los temibles piratas del siglo XV que azotaron al Caribe, trató de aprovechar la oscuridad de la noche para ingresar a Maracaibo. Pero la intensa luz del Relámpago del Catatumbo lo delató y no pudo cometer sus célebres trastadas.
El Faro, amigo de los indígenas
Para los indígenas que vivían en la Cuenca del Lago de Maracaibo, el Rayo eran millones de cocuyos reunidos que rendían tributo a los padres de la Creación.
Su valor ambiental
Muchos científicos aseguran que el Faro del Catatumbo, nombre con el que también se conoce a este espectáculo celeste, es el único fenómeno natural del mundo que repara la importante capa de ozono, elemento que protege a nuestra atmósfera de la entrada mortal de los rayos ultravioleta del Sol. De allí su importancia para la vida sobre la Tierra.
Por la vida y la poesía, vale la pena convertirse en su custodio.
Un merecido homenaje
El Zulia y Venezuela están de fiesta por el otorgamiento del récord Guinness al Relámpago del Catatumbo. La Organización Internacional Guinness confirmó el otorgamiento del Récord Mundial para el Faro del Catatumbo, en Venezuela, según información suministrada por su representante para América Latina Ralph Hannah. Uno de sus promotores, el ambientalista Erick Quiroga, ratificó que tal distinción se logró por poseer el “Mayor Promedio Mundial de relámpagos por km2 al año”, estimado en 250”.