— ¿Cuánto tiempo trabajó en esta producción?
— Tres años. A finales de 2002, con mi hermano Gustavo pensábamos en la idea. Una tarde, tomando café, nos pusimos a elegir algunas piezas y fuimos descartando. Es el primero de la serie en la que trabajaremos con repertorio iberoamericano. Contactamos a la gente del estudio Acurero y fuimos a grabar las guías.
— ¿Quiénes son los músicos?
— Tenemos a Alexis Cárdenas, en el violín; Elvis Martínez, en el contrabajo; Carlos Almarza, al piano; Lendys Solarte, en la percusión; Ulises Hadjis, batería y, lógicamente, Gustavo, con las cuerdas y su tutela.
— ¿Qué representa el nombre del disco?
— Iberoamérica es espléndida en todo sentido. Conjugamos piezas españolas, brasileñas, colombianas. Un recorrido muy grato a través de la música de grandes autores y compositores. Temas no muy divulgados que nos insta a continuar por este camino de indagación artística.
— ¿Qué sensación genera hacer un primer disco?
— Allí hay una serie de sensaciones basadas en la amistad. El disco no se hizo siguiendo una intención comercial u obedeciendo a determinado patrón, sino que es algo de alma. Los músicos se incorporaron desinteresadamente y surgió el trabajo sin que ellos cobraran. Creo en el sentido de la amistad sincera, bajo el propósito del arte.
— También se aprecia una camada de músicos jóvenes de mucho talento…
— No soy ni tan joven, ni tan viejo, como canta Joaquín Sabina. Somos esa generación que no ha tenido una palestra publicitaria o mercadotécnica, pero que ha hecho trabajos consecuentes con la ideología, con el pensamiento político, con el acontecer latinoamericano y que no hemos desviado el rumbo. No hacemos concesiones. Coincidimos en muchos aspectos, con una necesidad de expresarnos.
— ¿Cuándo presenta el disco?
— El 17 de este mes, viernes, a las 8 de la noche, en el Teatro Baralt. Ese día cantaremos algunos temas y trabajaremos, en tres fases, el concierto, con una presentación de Gustavo con su disco, también nuevo, “Calle de la luna”. Luego creamos una sesión con todos en escena, más el apoyo audiovisual de Chamuriana Films, con Yanilú Ojeda, Xavier Laroque y Leiqui Uriana. Detrás del concepto total está el maestro Fernando Asián.
— ¿Siente que sí se puede salir adelante con una producción independiente?
— Creo que sí están pasando cosas interesantes, incluso en el marco legal de la Ley Resorte, por ejemplo. Antes no escuchabas música venezolana sino a ciertas horas específicas. La cultura kitsch, impuesta por la industria cultural, sentenció esos horarios que encasillaba nuestra música. Eso cambió. Nuestra presencia se circunscribe en ese camino de evolución, de cambio de patrones, de compromiso con la música. Invito a la gente a constatarlo.
Cancionero
Yo era dichoso, Canción para Carito, Quiere, Pequeñín Infiel, Luna de cabotaje, Folhetim, Nadie detiene el amor en un lugar, Oasis, Pueblos tristes, El Ciego, Todo este campo es mío, Lo que yo quiero, Es la primavera, Pueblito viejo y Clavelito Colorao.