Este ritmo de gaita ya no se toca en la actualidad. Se tocaba en las fiestas populares tradicionales de los municipios perijaneros , en diciembre y en enero, en honor a San Benito, para bailarla en las casas de familias devotas como pago del cumplimiento de una promesa.
No se reduce a un tipo de pieza musical sino que es una suite con cuatro secciones diferentes: gaita, sambe, guacharaca y chimbanguele. La gaita es de métrica binaria y con estrofas sucesivas, donde el solista va cantando los versos de una cuarta de dos en dos con repetición por parte del coro de cada uno para cantado. Sigue el sambe que es instrumental, la métrica cambia a 6×8. La guacharaca consta de un estribillo fijo que canta el coro y que se alterna con las estrofas del solista, con métrica de 6×8 y está en modo mayor pero con otra progresión armónica. Por último, el chimbanguele, que difiere de la tradición de los tambores afro-venezolanos del mismo nombre, está en ritmo binario y el canto es exclusivamente coral en modo mayor. Esta tradición se acompaña de cuatro, maracas, charrasca, tamboras y furros.