El miércoles 11 de enero, a las 11:48 am falleció el gran compositor y publicista zuliano, Heriberto Molina Vílchez, en la ciudad de Miami, EEUU. Fue un hombre de una creatividad asombrosa, de menta rápida y agudo pensamiento. Destacó en su vida de 71 años como un excelente repentista, creador de cuartetas al vuelo. Tuvo una larga trayectoria como creativo publicitario, dejó más 300 composiciones, en todos los estilos y géneros musicales. Fue uno de los pilares fundaciones de Guaco.
En homenaje a su importante legado, les dejo mi crónica sobre su vida y su vasta obra, publicada en mi libro “La gaita en crónicas” (LUZ, 2015)
HERIBERTO MOLINA Y SU ZURDA DE ORO
“El amor es lo único que crece
cuando se reparte.”
Antoine de Saint-Exupery (Lyon 1900-1945)
La primera vez que escuché la frase “la zurda de oro” fue en 1984, me encontraba en la cabina de Radio Calendario. Al momento llegué a pensar en un pitcher zurdo, después imaginé un púgil de pegada poderosa y siniestra. Usted lector podría pensar que está referida a un esgrimista al estilo Rubén Limardo. Pero en el universo de la gaita, al hablar de “la zurda de oro” se está haciendo referencia a Heriberto Molina, compositor genial que nació en el Hospital Chiquinquirá el 20 de agosto de 1945.
Heriberto es en esencia un humorista, verbalizador locuaz, verseador relampagueante, y un letrista respetado. Su padre Ángel Francisco Molina fue radiodifusor, locutor y director de las emisoras Ondas del Lago y Radio Calendario. Su madre Rita Elena Vílchez fue cantante de “Estampas Líricas”, esas fueron sus tempranas influencias en dos vertientes que se conjugaron con su talento; la música y la comunicación mediática.
Estudió su primaria entre el Colegio San Vicente de Paúl y el Colegio Bolivariano de Valera. La secundaria entre el Liceo Udón Pérez y el Colegio San José de los Padres Jesuitas, en la ciudad de Mérida.
Su carrera como gaitero la comenzó en 1959 componiendo una gaita al Libertador Simón Bolívar, cuando sólo tenía 14 años de edad. Desde entonces no ha parado de crear versos gaiteros, sonetos, décimas y hasta tuits rimados.
Los primeros grupos que le grabaron sus obras fueron Blanco y Negro en 1965 y Los Lacustres.
Sus primeros éxitos llegaron en las voces e instrumentos del conjunto Saladillo de R.Q. “DoñaSeñora” y “El Matapalo: Testigo de dos épocas”:
“Viejo matapalo
no te vais a morir vos
porque la China bendita
se va a quedar muy solita
ya se fueron las callecitas
del barrio, Ricardo, Rubén, Carruyo
y el padre Ríos
no te vais a morir vos.”
(H.Molina, 1974)
El bardo de la zurda de oro, con su rostro de niño, con un gran parecido al del escritor francés Antoine de Saint-Exupery, estuvo colaborando con Guaco en las décadas setenta y ochenta. A ese grupo entregó los temas: “Noviazgo en Nochebuena”, “Virgen Guaquera”, “La Feria de la Chinita”, “La Radio”, “Anuncios Clasificados”, “Brindis”:
“Patrona maracaibera
que con nosotros está
y que a tu pueblo le das
un entusiasmo divino
te pido por el destino
de la hermosa juventud
acompáñamelos tú
por los mejores caminos”.
(Molina-Galué, 1986)
Por esos años era casi rutinario conseguirse a Gustavo Aguado en la sede de Publicidad República, ubicada en la avenida Bella Vista con la calle 64, conversando con Heriberto, creando estrategias para impulsar a Guaco. Con gran afecto, Gustavo Adolfo llamaba a Heriberto “mi padre”.
Ricardo Cepeda ha sido uno de sus mejores intérpretes, le ha cantado temas memorables como “El vendedor de flores” grabado con Los Colosales en 1998 y “Mis promesas” que grabó con Cardenales del Éxito:
“Se pondrá el corazón
del tamaño de este cielo
cuando te lleve con celo
cargada en tu procesión
y viviré la emoción
de tu grey saladillera
parado desde la acera
pidiendo tu bendición.”
(1987)
Ha compuesto a cuatro manos con Renato Aguirre, con Neguito Borjas, con quien hizo los temas “Corona de tunas” y “Las plañideras”, este último dedicado a las lloronas profesionales en los velorios marabinos. Tuve el honor de presenciar la creación de ese tema en la legendaria Fonoplatea de los Éxitos; lo grabó el Gran Coquivacoa en 1999. También con Astolfo Romero compuso: “Rompo a llorar”, “Huellas”, “En casa se larga el forro”, que fue la gaita del año. Creó clásicos como “Testigo de dos épocas”, “Doña Señora”, “Nace un saladillero”. El primer éxito en la voz de Ingrid Alexandescu “Así es la vida”, en 1980 con Élite Gaitera. Heriberto fue el orfebre de la poesía y sus compañeros músicos creaban la melodía en cada pieza.
En paralelo a su carrera artística, Heriberto Enrique Molina Vílchez ha sido un brillante creativo publicitario, miembro fundacional de Publicidad República en 1973, allí permaneció hasta el año 2000. Trabajó junto a Manuel Santander Graterolacho en ARS y después en VCG Publicidad en Caracas, y en los años noventa colaboró con la agencia Target; ha diseñado importantes campañas:
“La sonrisa de un niño sano
será tu recompensa”
(Campaña para el Hogar Clínica San Rafael)
En la década de los ochenta fue libretista del programa humorístico “A la Jaiba” en Niños Cantores TV y articulista del semanario “El Gallo Pelón” encargado de las sátiras picarescas, décimas humorísticas y las manchetas cargadas de ironía.
El nombre Heriberto es de origen germánico, significa: “Hombre del ejército victorioso”. Precisamente Molina Vílchez se unió hace un año al ejercito digital de las redes sociales, especialmente Twitter, donde mantiene la cuenta @ZURDADEORO, y desde donde lanza sus versos, sus homenajes, sus textos con gran creatividad y humor en 140 caracteres y se ha convertido en una tendencia. Algunos de sus últimos tuits o trinos:
“Yo tengo una novia vieja con cintura de hicotea
y cuando revolotea y la empuja la marea
se parece a las cangrejas”.
(Enero 2013)
Mientras veía mi programa Sabor Gaitero en Coquivacoa TV, se inspiró y le dedicó un tuit a mi hija Neimarú Alejandra Montiel Árraga, co-animadora del espacio:
“Ni Cleopatra, ni Casandra
tienen tan bella sonrisa,
la frescura de la brisa,
su belleza la matiza;
esa es Neimarú Alejandra”.
(Enero 2013)
Desde su apartamento con vista al Lago Coquivacoa en la avenida El Milagro, Heriberto Molina sigue creando versos, junto su esposa Ida Montiel, a quien conoció en 1969 en el “Festival de Autores y Compositores Zulianos”. Con un ejército de afectos integrado por tres hijos y siete nietos, prepara la celebración de 45 años de matrimonio y 55 años componiendo, más de medio siglo creando obras modélicas, llenas de zulianía:
“Ser zuliano es privilegio
de un pueblo que canta y ora
y tanto amor atesora
que su canto es sol y arpegio.
Los apodos del colegio
las maldades, la osadía
versos de Simón García,
del “Monumental” y Astolfo,
que retumban en el golfo
con rimas de zulianía”.
(Heriberto Molina, 2012)
Es zurdo, pero no es siniestro, y en su mirada de niño-maduro nunca se ve un destello de decepción ni de pesimismo. En sus horas de ocio, Heriberto es fanático de los juegos de mesa, del azar, el entretenimiento lúdico. Pero esa pulsión infantil no sofrena su ímpetu creador y cada día fija sus ojos en la cotidianidad, la absorbe y la plasma en su universo estético. Desde ese mundo de sueños y estrofas que vuelan, se proyecta en nuestras vidas, sabiendo que va a permanecer.
León Magno Montiel.
@leonmagnom
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