“La palabra escrita es la parte culminante de la civilización”
Guillermo Arriaga (México DF, 1958)
Cuando una canción llega a su versión número 100, tenemos una prueba contundente de su éxito, de su aceptación en varias generaciones, y de su segura permanencia en el tiempo. Con certeza, la pieza musical que alcance la centena de producciones, va a quedar por siempre en la memoria melódica colectiva. Ese es el caso del tema “Anhelante”, creado en 1975 por José “Pollo” Sifontes, compositor nacido en el valle de Caracas el 11 de febrero de 1949, hijo de nativos del oriente venezolano, gente sencilla enamorada del mar. Él ha relatado que esa canción la inspiró Raquel Castaños, la hermosa cantante nacida en Caracas, a quien hizo su esposa el 8 de octubre de 1978. La solía llamar “El ángel”. Junto a ella conformó el grupo Los Bonchones, de mucho éxito en 1979 y principio de la década de los 80. Desde entonces, el mundo los ha visto juntos, exitosos, amorosos.
El tema “Anhelante” es un vals en tonalidad menor, profundamente romántico, lleno de melancolía. La versión pionera es del sucrense Gualberto Ibarreto, del año 1976, y aunque él dudó grabarla, la vida lo premió y se convirtió en un clásico. En esa primera versión destaca el arreglo para la mandolina de Renny Montaño, estructurado en sol menor. Ese mismo año, la grabó Raquel Castaños, y después la han vocalizado grandes artistas como Oscar D’ León, Ilan Chester, Rosa Virginia Chacín, Simón Díaz, Omar Acedo, Los Cuñaos, Rafael Pollo Brito, entre otros. Cuenta con muchas versiones instrumentales, donde destaca la del flautista Huascar Barradas:
“Me conformo con verte
aunque sea un instante
me conformo con mirarte
un momento nada más”
Gualberto Ibarreto interpreta en vivo “Anhelante” (Poliedro de Caracas, 1995)
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José María Sifontes Oliveros, bautizado “El Pollo” en la escuela primaria, es hijo de Gil Augusto Sifontes y Ligia Oliveros, ambos nativos de Río Caribe, tierra de importantes cultivos de cacao, en el estado Sucre. Sus abuelos eran inmigrantes de Córcega, poseían un alto sentido musical y hacían honor al mestizaje del mediterráneo. José María es dueño de una fina poesía, a la que viste con melodías exquisitas, y acompaña armónicamente con acordes poco usuales. Siendo un adolescente se fue a vivir en Ciudad Bolívar, en el sur ferroso, surcado por ríos arteriales, como lo describió Neruda. Allí comenzó su gran aprendizaje del cuatro y las melodías del galerón, la jota, la música raigal del sur selvático. A los 12 años descubrió que tenía el poder para hacer canciones y compuso el tema “Ciudad Bolívar”, que grabó Serenata Guayanesa y hoy en día es considerado un himno por todos los guayaneses. Años después, sus coterráneos de Serenata Guayanesa le grabaron “El cumpleaños venezolano”, pieza en tiempo de merengue criollo, que José Sifontes había compuesto para la agrupación vocal Caracas XXI en 1975, con estilo cañonero:
“Apaguen las velas y piquen la torta
que la noche es corta la fiesta está buena”
Al finalizar sus estudios de secundaria en Ciudad Bolívar, Sifontes regresó a Caracas a reencontrarse con su origen e hizo de la megalópolis del Ávila su residencia. Allí comenzó a crear canciones cargadas de un gran romanticismo, que reflejan al habitante que repiensa su ciudad. En medio de la agitación del conurbano capitalino, José hacía melodías y las vestía con poesía bien rimada. Así lo plasmó en su canción “Quisiera”, grabada por Gualberto Ibarreto de forma pionera, que además cuenta con memorables versiones de la cantante de jazz María Rivas junto a C4 Trío, e Ilan Chester en el “Cancionero del amor venezolano”:
“Quisiera decirte muy quedo
que siento una gran ilusión
que noche, tras noche
te sueño y pienso: qué bello
sería tener tu amor”
Es una hermosa canción en tiempo de vals, en tono menor, oferente serenata a la mujer deseada, a la que se recuerda en la quietud de la noche: al abrigo de la soledad.
En el “Año Internacional del Niño” 1979, el Festival OTI de la Canción Iberoamericana realizado en Caracas, recibió como participante a la cantante Delia Dorta, con su canción “Cuando era niño” de José “Pollo” Sifontes, representando a Venezuela. Obtuvo el segundo lugar en el reñido certamen continental. La canción ganadora fue “Cuenta conmigo” representando a Argentina. Esa edición de la OTI fue un aldabonazo que anunciaba el comienzo de la carrera internacional de un respetable compositor:
“Cuando era niño, preguntaba ¿por qué yo,
era marroncito y quemado por el sol?
y fue que una tarde, en la cima me monté
y llegó la noche y durmió sobre mi piel”
En paralelo a su vocación de creador, Sifontes se ha desempeñado como directivo de la Sociedad de Autores y Compositores de Venezuela (SACVEN), allí ha realizado propuestas que reivindican a los compositores venezolanos, promocionándolos en festivales, con alto sentido gremialista. Caracterizado por su carácter gentil y trato solidario, ha formado parte de ocho juntas directivas, incluida la actual, elegida en abril de 2014.
Otra de sus facetas es la de publicista, ha participado en importantes campañas, creando los jingles que acompañan las piezas comerciales, siempre asociado a importantes productos.
El año 1979 registra el nacimiento de uno de sus grandes clásicos: “Tu ternura”, grabada por Los Cuñaos, su esposa Raquel y Gualberto Ibarreto. Recién la incluyó en su repertorio el tenor larense Aquiles Machado, es una de sus piezas predilectas:
“Tierna es tu sonrisa, fresca y soñadora
como una caricia enamoradora
tierna es tu mirada, que cautivadora
es cual pincelada en lienzos de aurora”
“El Pollo” Sifontes ha sido muy leal a sus grandes pasiones: la música, su mujer Raquel y su patria. Es impensable pretender ver al poeta Sifontes lejos de esos tres amores que han movido su existencia y han sido sus generosos inductores de inspiración. Ese amor al país quedó demostrado en el tema “Me voy a regalar” que compuso junto a su esposa Raquel y que originalmente grabó María Teresa Chacín. Después una versión colectiva, varios solistas participaron, entre otros: Betulio Medina, María Teresa Chacín, Nancy Ramos, Ilan Chester, Guillermo Dávila, Raquelita y el mismo “Pollo” Sifontes, recordando los días como cantante en Los Cuñaos junto Alí Agüero. Esa canción es una oda a la naturaleza de Venezuela, a sus parajes:
“Me voy a regalar
un tepuy y un clavel
el canto de un turpial
lla flor de araguaney”
Recientemente recibió la buena noticia de la selección de su clásico “Anhelante” como canción motivo de la nueva telenovela del canal Venevisión, “Corazón Esmeralda”, que ya ha sido contratada para ser transmitida en 10 naciones del continente. La interpreta el joven actor y cantante Francisco León, con arreglo del exitoso productor falconiano Yasmil Marrufo, quien ha trabajado con artistas de la calidad de Servando y Florentino, Ricardo Montaner y Ricky Martin. Eso garantiza una gran difusión internacional de su obra más emblemática:
“Y aunque me digas que no me quieres
dulcemente vivirás en mi
como cantío de inquietas aves
como el rocío de una nube gris”
El cantante, pianista y compositor Ilan Chester, luego de grabar cerca de 100 canciones de autores venezolanos, afirmó: “Anhelante es la canción más hermosa en la historia de nuestro país”. Casi cuatro décadas después de su impacto en las emisoras, cantada por “El pichón de El Pilar” Gualberto, será conocida en toda América, con una versión fresca y un arreglo actual: ¡Enhorabuena!
En cada canción que escribe el bardo José Sifontes, las palabras tienen luz, son la parte culminante de cada obra, cada una crea imágenes y sueños. Como genio del arte, Sifontes está en línea con el ideario de Guillermo Arriaga, el célebre escritor de cine, quien afirma: “Detesto la idiotez de que una imagen dice más que mil palabras”. Sifontes coincide con él y cree en el poder sin límites de la palabra, la que construye metáforas indestructibles, y que puede llegar a unir a muchas naciones, almas y a muchas manos en torno a una canción.
Una de esas palabras de luz, que ha realizado el prodigio de unirnos por décadas, es anhelante.