La gaita es una forma musical urbana, producto de múltiples mestizajes, derivada de los cánticos religiosos que trajeron los colonizadores en el siglo XVI, estos a su vez, habían sido colonizados por los árabes durante ocho siglos dejando una profunda huella en la cultura ibérica. Esos cánticos de iglesia se mezclaron con los tambores del sur del lago, sus letras comenzaron a reflejar las vivencias de los marabinos, el sentir de los habitantes de la bahía de confluencias étnicas: puerto que recibía viajeros, artistas y aventureros de ultramar.
Casi cuatro siglos después, el jueves 29 de mayo se produjo una noticia que habíamos esperado siempre: La Asamblea Nacional de Venezuela, a través de su comisión de cultura, por unanimidad, declaró a la gaita “Patrimonio Cultural de Venezuela”. Esta decisión debe ser ratificada en la plenaria algunos días después, lo que sin duda, sucederá.
Esta forma musical nacida a orillas del Lago de Maracaibo, que designamos con un vocablo proveniente del alemán antiguo, el llamado gótico “gaits”, estuvo presente en la radio desde finales de la década de los 50, y llegó a la televisión de cobertura nacional a mediados del decenio 1960. Desde entonces está presente en cada pueblo y ciudad de la nación, es reconocida como un tesoro intangible, una herencia de todos los venezolanos que debemos proteger con celo, difundirla, sembrarla en la escuelas, universidades y medios de comunicación. Es perentorio propagarla en el universo de medios digitales, que tienen la propiedad de ubicuidad y constante innovación.
La noticia la dio a conocer el diputado del sur del lago Freddy Paz, militante de la tolda UNT, quien junto al diputado Sergio Fuenmayor, electo en la región Guajira por el PSUV, son los encargados de presentar el decreto, explicar su cuerpo legal, el alcance de lo acordado y luego articular su divulgación y acatamiento. Sobre la difusión del género en las estaciones radiales del país durante todo el año, el diputado Paz aseguró: “En el acuerdo, uno de los considerandos establece la obligatoriedad de las instituciones públicas y privadas de darle difusión a la gaita como patrimonio cultural, porque siendo regido por esa ley, es obligante”.
Este decreto propicia un refrescamiento del repertorio gaitero en las emisoras, que deben entender la necesidad de radiarla todo el año, y no arrinconarla a un mes, sobre todo por su carga identitaria. En los estados fronterizos, la gaita ha sido escudo que ha mantenido el sentir venezolano, que le ha cantado a la naturaleza de nuestro país: su flora, sitios históricos, personajes populares.
Este mes, junio 2014, una delegación de gaiteros, cronistas, y compositores, acompañaremos al gobernador del estado Zulia, Francisco Javier Arias Cárdenas, a recibir el acuerdo de la Asamblea Nacional en nombre del pueblo que lo eligió para regir su destino, en acto solemne que contará con la asistencia de todos los diputados del poder legislativo, en transmisión nacional de radio y televisión.
Es una excelente coyuntura para generar un plan nacional de promoción del género, fundar “La cátedra libre de la gaita” en nuestras universidades. El Ministerio del Poder Popular para la Cultura, debe involucrarse para incentivar las grabaciones, publicaciones de libros y portales que muestren la gaita, su historia, intérpretes icónicos, letras.
Astolfo Romero se adelantó a este acontecimiento en 1997, componiendo una gaita que tituló “Patrimonio Nacional”, que grabó ese mismo año con la agrupación Gran Coquivacoa:
“Ella me alegra la vida
y me invita a parrandear
con su son particular
y su música festiva,
es la prenda más querida:
Patrimonio Nacional”
Luis Hómez, catedrático de la Universidad del Zulia, el luchador social más importante en la historia del Zulia, quien además fue un periodista de alto impacto con sus crónicas, siempre defendió la gaita y la proyectó como el máximo blasón de la identidad zuliana. El doctor Hómez (Maracaibo, 1947-1990) afirmaba: “La gaita es la expresión fundamental del alma zuliana, es la reina del folclor y es la anfitriona a efectos universales.” Así lo registró en su libro “Tiempo y memoria de Luis Hómez” (2011) la periodista Morelis Gonzalo Vega. Él impulsó la creación del Museo de la Gaita, con una propuesta directa al entonces presidente de la república. Pensaba que la gaita debía tener su sede, con hemeroteca, biblioteca, fonoteca y lugar para presentaciones de carácter pedagógico. Su planteamiento sirvió de base para crear la Fundación para la Gaita y el Folclor del Estado Zulia) (FUNDAGRAEZ) en el año 2003, ente que actualmente preside el sociólogo Giovanny Villalobos, Secretario de Cultura del Estado Zulia. Él declaró al conocer la noticia: “Existe un anteproyecto de ley en el que se solicitará a la Asamblea Nacional protección social y asignación de viviendas, entre otras cosas, para los cultores del género, porque esto no se puede tratar solo de un reconocimiento, la gaita debe ser más divulgada en todo el país. Este decreto es un estímulo para lo que ya nosotros estamos haciendo a través de Fundagraez con el apoyo del gobernador Arias Cárdenas”.
Luego de esta declaratoria de la Asamblea Nacional, debemos retomar el ideario de Luis Hómez con la gaita, debemos crear una Fundación Nacional de la Gaita, para que diseñe planes, estrategias para preservar su memoria y promocionarla en todo el país.
Esta es la oportunidad, es una buena señal de los tiempos, si así lo hiciéramos, podremos repetir y cantar: “La gaita no ha muerto, ni morirá”.