Gaiteros de Pillopo, la agrupación donde Astolfo Romero descolló todo su talento, y en la cual como parte de su legado permanece su hijo Astolfo David, otorgó el titulo de Director Eterno a “El Parroquiano”, un homenaje póstumo para quien iniciara en la buena senda a este conjunto que arriba a su vigésimo quinto aniversario.
En palabras de Luis Adolfo Camacho, pareciera que Astolfo Romero hubiera permanecido mucho más tiempo en Gaiteros de Pillopo, porque fue tal su desborde de ingenio y creatividad, que en sólo tres años de permanencia en la agrupación dio a ésta el impulso que hoy, con veinticinco años, la mantiene en el ambiente gaitero.
El acto en el cual se hizo entrega de esta distinción póstuma se realizó el pasado 20 de mayo en la Fonoplatea de los Éxitos, ante una nutrida concurrencia que asistió a presenciar un concierto homenaje de Gaiteros de Pillopo a “El Parroquiano”. La placa, entregada a Astolfo David Romero declara a Astolfo José Romero Chacín “Director Eterno de nuestra divisa, en cuya fructífera participación cosechó sus éxitos más premiados como compositor y solista, elevando a la vez al conjunto, a sus más altos sitiales en la audiencia, gracias a su profesionalismo y excelencia gaitera”.
Otra clase de homenaje
La pluma del poeta Hugo Figueroa Brett, en una clase de homenaje distinto en su forma, aunque con el mismo sentimiento de fondo, plasmó la eternidad del más parroquiano de nuestros cantores…
“Cantor”
Cuando está frente al mar,
puro horizonte,
plenitud y sal,
azul y la distancia que te nutre y el espacio grandioso que cabe en la pupila diminuta, todo se traduce a tu oído
por el fuerte y majestuoso diástole y sístole de la ola en la arena. El hermoso sonido de la mar combinado con el chillido de las gaviotas y el viento: guitarra sobre guitarra contra el palmar, te hace sentir los primitivos sonidos de la naturaleza.
El bosque te agradece con sus melodías de nuevamente el viento a favor del follaje y en el centro del todo, el gorgeo precioso de los pájaros.
Allí está el hombre contemplado, asumiendo el paseo de la gracia de Dios e inicia su trabajo de creador y se hace músico remedando los sones de la naturaleza, piedra contra madera, madera contra metal, plectro contra cuerda, viento y bronces, artificios del piano en esta mano, del violín y la viola, viola di gamba, fagot, flauta y laud, tambor, tambora cuero, charrasca, cera y tambora, ritmo y esencia y tú. Tú cantor en medio de lo humano pareciéndote a ti; abres la boca, aprietas el diafragma, llamas al alma y cantas.
Sólo tú, íngrimo en Macedonia, en Bourbon street, en el Sahara, parado en Machu Pichu, abres la boca impulsas el viento llamas a tus almas y cantas.
Y en una esquina de la calle Venezuela en la ciudad que Dios te dio en amor: Maracaibo, en esa esquina, tú el instrumento más hermoso de la humanidad, cantas.
Hugo Figueroa Brett
En memoria del Maestro cantor Astolfo Romero
En su luz
Maracaibo 19 de mayo de 2005