CUATRO PROYECTOS DE VIDA, HECHOS REALIDAD A TRAVÉS DE LA MÚSICA
Durante años, los distintos centros culturales de nuestro país se han dedicado a realzar la labor de los artistas nacionales en el mes de junio, que tradicionalmente se ha considerado el mes del artista nacional. Existe incluso una tácita reglamentación que limita la actuación de artistas foráneos en este mes, como parte de las labores de defensa de los agremiados en el Círculo de Artistas Venezolanos.
Sin importar la faceta en la que desenvuelvan, sean artes plásticas, escénicas, teatrales, artesanales, audiovisuales, cinematográficas o musicales, se ha consagrado este mes para reconocer el trabajo de hombres, mujeres, niños y niñas cuyo talento natural, sensibilidad y sentido de la oportunidad los ha llevado a materializar a través de su obra los sentimientos, vivencias y experiencias colectivas de nuestro pueblo, llevando muy en alto el gentilicio venezolano.
Quizá sea una ironía dedicarles tan sólo un mes, a sabiendas que el trabajo tesonero de cada uno de nuestros artistas es lo que les ha ganado el reconocimiento de quienes vivimos bajo el mismo techo de nubes de nuestra Venezuela, sin embargo, y para evitar eufemismo estériles, este mes queremos inundar nuestros espacios de gente que en el quehacer musical nos ha venido demostrando, por años algunos, y más recientemente los otros, que Lo nuestro es lo mejor, una iniciativa que, en nuestro caso, es designio del día a día.
Como es la música la que nos atañe, y muy por encima del Uno por Uno de los años ochenta, y tal como lo hemos venido haciendo desde mucho antes de la entrada en vigencia de la Ley de Responsabilidad Social en Radio y Televisión, queremos presentar “cibernéticamente” cuatro proyectos de vida, hechos realidad a través de los acordes, la investigación musicológica, el estudio detenido y el esfuerzo consecuente.
Disímiles entre sí, todas parecen tener en común una larga historia, y lo más probable es que conscientes de la solidaridad reinante en el mundo de la música, entre las cuatro, la amistad puede ser además un punto de coincidencia.
Por un lado, una agrupación cuyo estilo se levantó en los años ochenta, y ha permanecido como marca registrada de la música en Venezuela. Liderada desde entonces por el maestro José Luis García, Carángano sigue poniendo a bailar enamoradamente a fanáticos que se multiplican con los años.
Por el otro, un grupo de cinco jóvenes (y no tan jóvenes) músicos de la Universidad Católica “Cecilio Acosta”, que gracias a la motivación propia y el impulso de sus profesores y tutores, se atrevieron a presentar una propuesta de música popular venezolana académica, que además homenajea a nuestros hermanos wayúu a través su nombre: Jaraishi.
Nacido en Maracaibo, el flautista venezolano Huáscar Barradas se ha hecho merecedor de elogios como el del prestigioso periódico alemán Frankfurter Allgemaine Zeitung , el cual escribió: “El Sr. Barradas nos elevó al espectro expresivo de la flauta, más allá de a lo que nuestros oídos europeos están acostumbrados. Brilló con absoluta precisión rítmica y virtuosidad…”.
Recientemente la Sala Ríos Reyna del Teatro Teresa Carreño, en Caracas, fue el escenario para un ambicioso concierto repleto de artistas invitados, y organizado y protagonizado por el zuliano Huáscar Barradas, quien desde muchos años antes del “boom” de la música venezolana, se ha venido posicionando como “La Flauta de Venezuela”.
El maestro Aldemaro Romero, creador de la Onda Nueva, participó en este concierto con su famosa pieza “El Catire”, y posteriormente comentó sobre la experiencia en su totalidad en un artículo que aqui referimos para nuestros lectores.
Y para cerrar, un fiel exponente de la nueva escuela cuatrística venezolana, que sin ser zuliano, es uno de esos casos de amantes natos de la gaita: Rafael “El Pollo” Brito.
Rafael Brito es uno de los ejecutantes del cuatro más reconocidos dentro y fuera de Venezuela, cuyo estilo ha sido definido como “sabroso, innovador y brillante”. En cuanto a la gaita, ha prestado su versátil y prodigiosa voz para temas como “El ejemplo que Caracas dio”, “El quinto elemento”, “El guerrero peregrino”, “Sabor, calor y frescor”, “Yergue el Zulia”, “Quiero sentirme zuliano” y “Siembra”.
En la actualidad se encuentra promoviendo su primera producción discográfica como solista, titulada “Una casita bella para ti”, a través de la cual ha logrado una amalgama entre las cadencias venezolanas y el pop universal, que lo ha llevado a ocupar los primeros lugares de la cartelera nacional y a convertirse en el fenómeno musical del año.
Con esta representación queremos homenajear en este mes del artista nacional a nuestros músicos, cantantes y compositores, defensores a ultranza de nuestro tricolor, orgullosos de gritar los 365 días del año que Lo nuestro es lo Mejor.