Una vez culminado el acto de la Bajada del Retablo de la Virgen de Nuestra Señora de Chiquinquirá se abría el ciclo de las Veladas y durante estas se repartían los famosos “pasquines”.
Una tradición muy castellana, la velada fue popularizada y conservada con respeto por el pueblo de Maracaibo. Era en sí un festejo callejero nocturno, en calles adornadas e iluminadas de forma excepcional. Un determinado sector, plaza o parroquia realizaban estas veladas para celebrar algún aniversario popular, particularmente durante la fiesta de algún santo o patrono parroquial.
En otrora era común el concurso de conjuntos musicales con participación muy destacada de cantantes, así como la quema de fuegos artificiales, fabricados especialmente para la ocasión.
Las veladas de las festividades de La Chinita se circunscribían a su parroquia, previamente dividida por la misma feligresía según el número de eventos que fueran a realizarse. “Esa repartición del vecindario chiquinquireño era la oportunidad para la más entusiasta competencia entre sus organizadores, quienes ponían todo su empeño en hacer de su velada la más concurrida, la mejor organizada, la de pirotecnia más espectacular y variada, en fin, la mejor de todas”.
Refiere el cronista Humberto Fernández Matheus que durante las veladas los vendedores ambulantes de la exquisita dulcería zuliana hacían su agosto. Turrones, cocadas, manjar de leche, arroz de coco, conservitas de lechoza, cascos de guayaba, torta borracha, majarete, caratos, chichas, pastas y caujiles eran los más solicitados por la población.
Los Pasquines
Y aprovechando la presencia de la multitud se repartían Los Pasquines, tradición desaparecida con el transcurrir de los años. “Los Pasquines consistían en el reparto de laudatorias a la Chiquinquirá, regularmente escritos en verso, por los más entusiastas y devotos intelectuales del Zulia. Era impresos en elegantes folletos o en vistosas hojas de papel de variados colores.
Los poetas de la época guardaron gran fidelidad a esta hermosa tradición. Uno de esos antiguos Pasquines Chiquinquireños, de la autoría de Fernando Guerrero Fuenmayor era el siguiente: “A Nuestra Señora de Chiquinquirá”
Virgen de donde emana
Toda excelsa bondad, toda ventura;
Tus ojos vuelve hacia la prole humana
La impiedad conjura
Que va segando en flor la fe cristiana.
Oh Virgen sin mancilla
Santuario de la gracia redentora;
Acoge pía la oración sencilla
Del alma que te implora y a la soberbia que te insulta humilla,
…Si la razón impera, del mundo entre las sombras mientras vague,
La hermosa lumbre de mi fe primera
Virgen que no se apague,
Y acógeme en gracia cuando muera.