A la memoria de Jesús Bravo González
Qué temprano me parece que te fuiste a encontrarte con tu gran tocayo. Estoy sintiendo llorar nuevamente a la gaita en el mes de mayo, y esta vez por tu partida amigo Jesús.
Nació marabino sin mucho dialecto característico Jesús Bravo, un licenciado en idiomas modernos, educador, instrumentista, compositor y director de conjuntos gaiteros, buen solista y excelente conversador, con voz calida para cantar y conversar, siempre con sonido y pausas de docente. Los Zorzales de Bachaquero, Los Gaiteros del Catatumbo, Los de la Shell, y por su puesto sus eternos Compadres del Éxito lo tuvieron andariego y creativo por mucho tiempo, así la gaita zuliana fue conociendo y queriendo a “Chucho” Bravo González.
Aún perece que te veo entre las calles de Bachaquero, pueblo que te quiere tanto y que disfruto de tu amor y dedicación en el liceo.
Sonriente, Jesús Bravo González, siempre fue que te vi, por aquellos años que te conocí y cada vez que nos encontramos, lamentablemente para mi no fueron muchas, pero siempre en cada oportunidad pude decirte cuanto admiraba tus gaitas, y tu fina inspiración.
Hoy recuerdo la gran oportunidad que tuve de poder entregarte un premio en uno de esos actos del poeta Gotopo, y no me preguntes por qué me llamaron a mí, para esa entrega, que regularmente ni asisto, ni estoy pendiente de figuración, pero ese día sentí tu abrazo, tu cariño, tu don de gente, le enviaste saludos a mi hermano, expresándome en tu apretón de mano el gusto en verme.
En tertulias hogareñas y escuchando buenas gaitas en compañía de mi hermano Ángel Martínez González siempre destaco “Chucho” Bravo en nuestro gusto y apreciación, los deliciosos giros melódicos de sus gaitas, su cadencia, armonía, ese quebraíto de buena gaita que siempre te hizo destacar.
Que buenas gaitas “Chucho” Bravo, yo pude conocer la vieja Plaza Baralt por ti, recorrer el viejo malecón y hasta sentir el dolor de todos en la “Ana Cecilia” y “La Nueva Merideña”, quise hasta vivir en tu Monte Claro, el 18, donde tu cuatrico y tu trompo hoy se quedaron solos.
Jesús Bravo nunca me lo comentó, pero creo que hubiese querido escuchar sus temas con más respeto, con más difusión, y no por simple competencia, ni egos, a lo mejor soy yo que a veces escucho tantas gaitas de simplonas rimas asonantes, sin talento, que son muchas veces vulgares disparates que en algunos programas las presentan entre bombos y platillos.
Me despido Jesús Bravo dándote gracias, parafraseando la enseñanza que en tu voz de buen educador no pierde vigencia, que es un alerta permanente, que debemos cantarla a nuestros hijos hoy y que se sepa ¡No me vengáis a decir que la gaita es pa´ los viejos…! Con tus propios versos ¨Y te doy gracias patrona que a Jesús Bravo conocí…y yo te digo feliz que buen gaitero señora”.
Hasta siempre “Chucho” Bravo.
Tu admirador gaitero.
*Maracaibo, 30 de mayo de 2001