Abdénago de Jesús, mejor conocido como Neguito Borjas, es uno de los exponentes gaiteros de mayor trascendencia a nivel mundial. Este compositor, arreglista y cantante ha cautivado durante generaciones el corazón de los amantes de la gaita, con ese talento memorable que cultivó desde el seno familiar: “La casa es la primera tarima donde uno se monta”.
Siendo aún muy joven, Neguito compuso su primera gaita, “Reina y Soberana”, la cual resultó ganadora en un festival profesional regional. Un buen día empacó los años vividos y se fue a estudiar Gerencia en Publicidad y Mercadeo en los Estados Unidos y esa experiencia abrió su oído musical a un nuevo idioma.
De esa época data Cuerdas latinas, agrupación de cuatro, arpa y maracas radicada en el norte, y en la que Neguito no podía dejar de cantar, en buen español. Amante o no de la gaita, todo marabino reconoce una composición suya, que además va “tamboreada” por ese tren de artistas incontrolables llamado Gran Coquivacoa, por el cual Neguito se confiesa, entre risas, “monogaitero”.
Con ese término Neguito define su entrega y compenetración con este grupo del que forma parte desde hace más de dos décadas. Como todo gran artista posee una obra maestra, reina del corazón de quien la crea y merecedora del reconocimiento de quien la disfruta. En su caso, el lugar de honor lo ocupa “Sin rencor”, compuesta en 1977 y entonada infinitamente hasta el sol de este día: “Sin rencor abrió un espectro importante en la gaita; ese es el tipo de cosas que nos proyecta a nivel internacional”.
Ciertamente, la proyección lograda por esta gaita fue tan amplia, que su letra ha viajado a México, Honduras… Japón. Suyos son algunos temas interpretados por artistas internacionales como Oscar De León, Cheo Feliciano y, más recientemente, Tecupae y Los Bacanos, con lo que demuestra que la música, más allá de estilos, es una pasión.
Cada mañana Neguito Borjas experimenta desde la cabina de Zuliana 102 la satisfacción de triunfar en lo que ama en la vida: “Nosotros no escogemos a Dios, Él nos escoge a nosotros y nos coloca donde debemos estar”. Y Neguito está donde debe y quiere estar.