Bambi Café, el templo de los sabores

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Bambi Café fue creado en 1952 por el inmigrante suizo Pedro Crameri, una cafetería con un estilo clásico europeo, ubicada en la avenida Bella Vista. Luego de haber sido empleada del lugar, la señora Mirella Righi de Carli lo adquirió, lo modeló y le dio la calidez mediterránea de su ambiente. La Nonna Mirella es una italiana pizpireta, nacida en las costas adriáticas de Rímini; junto a su hierático esposo, tomaron las riendas de la nueva sala de comensales y contertulios.

Esa primera sede está aún situada cerca de la iglesia La Consolación, con su imponente estilo gótico, con sus contrafuertes laterales de piel gris, rocosa, que a la Nonna le recordaba la legendaria catedral de San Francisco de su pueblo natal.

Así, Bambi Café, se convirtió en una casa de encuentros, de amenas tertulias y citas de enamorados. Tenía como principal atractivo, sus panecillos, los croissants y los cachitos de hojaldre, elaborados artesanalmente en su propia panadería; los apetitosos postres exhibidos cerca de la vieja caja registradora; su máquina de café a vapor, pionera en la ciudad, con accesorios en bronce pulido y sus silbidos como pequeñas sirenas de un puerto, de donde salían sabrosos capuchinos, expresos dobles con su espuma marrón, marroncitos con corazón de canela y el té caliente; poco usual en la Maracaibo de entonces.

Con un ambiente de conversadores en hermandad, de gran camaradería, era muy agradable coincidir en ese habitáculo con olores a ricota y acelgas, a hojaldres de almendra y miel. Su atmósfera interna con aroma de café tostado y pan campesino crujiente.

Al inicio de los años 80 se anexaron al proyecto sus hijos Jean Lucca, y las tres hermosas ítalas-maracuchas, con caras pecosas, cabellos rubios, de un gran parecido a la matrona fundadora, ellas son: Carla, Cristina y Catherine.

Creció el café, ampliaron esa sede, crearon dos sucursales: Una ubicada en el Centro Comercial 5 de Julio, y otra en la calle 71 con la avenida 20. La primera sucursal ya desapareció, la segunda se mantiene, siempre bajo la égida de la familia Carli.

Sin duda, Bambi Café es un icono de la Maracaibo contemporánea, un sitio frecuentado por los intelectuales, bohemios, ejecutivos y familias enteras, a través de seis décadas.

Luego de una gira por el Medio Oriente, el concertista Gustavo Colina me comentó sobre un “Bambi Café en Estambul”, ubicado en Taksim, donde disfrutó de excelentes panes turcos, ensaladas, cremosos helados y el mejor café arábigo. Sitio del deleite para el escritor que representa el orgullo estambulí: Orhan Pamuk, premiado con el  Nobel de literatura en 2006, el primer escritor de lengua turca que lo recibe.

Confieso que quisiera conocer ese café turco, a orillas del Bósforo, aunque sé que no encontraré allí el bullicio, ni la alegría maracucha, ni a los queridos cofrades, que durante tantos años han sido el alma de nuestro Bambi Café: un recinto cálido de la Maracaibo gentil, el predilecto de Hesnor Rivera, Miguel Ángel Campos, Hugo Figueroa Brett  y Paco Hung. El café que siempre habitará en nuestro recuerdo.

Twitter & Instagram: @leonmagnom
Correo electrónico: leonmagno@saborgaitero.com

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