Carángano venció lo efímero

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“El afán del artista, del poeta, es dejar una huella,
un testimonio de su fugaz paso por la vida”.
Anna Papiol Constantí (Barcelona, 1952)

Por definición, un carángano es un instrumento de percusión, tiene presencia en la música afrocolombiana del Atlántico y en la afro-venezolana de la costa central. La hermosa musicalidad de esa palabra esdrújula, con sus cuatro sílabas sonoras, se compagina a la perfección con su sentido y significante de instrumento rítmico; en Venezuela se ejecuta en las zonas costeras del estado Miranda, en las poblaciones afrodescendientes. Es una palabra magnética, que simula el redoble de un tambor; ese vocablo fue el escogido el pianista y arreglista José Luis García para nombrar a su agrupación, la que creó con formato de quinteto el 28 de julio de 1980, dotada con flauta, guitarra, congas, bajo y percusión latina.

La agrupación la organizó García una vez que dejó las filas del Grupo Guaco en 1979, donde fue pianista y director musical durante un lustro. En 1980 se independiza y nació formalmente “Carángano”. En sus inicios ejecutaba charangas, chachachá, feeling, en el piano bar “Pent House Club” ubicado en el sector 5 de Julio con la avenida Baralt. Los miembros fundadores fueron Salvador Baglieri en la guitarra, José “Pachín” Jansen en el timbal, “Bulú” Viloria en las congas, José Luis Suárez en el bajo y el flautista Luigi Moreno.

Carángano ha tenido varios formatos desde entonces, ha sido una orquesta de charangas con violines y flauta, una big band latina con dotación completa de metales: trompetas y trombones. Ha sido un trío de cantantes de salsa romántica, respaldado por una banda con el “sonido Nueva York” basado en la sesión de tres trombones. Su primer éxito fue “Regresarás” en 1981 cantando su creador-director José Luis García:

“Regresarás a buscar mi querer
yo te hice mujer
te enseñé lo que sabes hoy”

Desde entonces han colocado más de  30 temas en los récords y carteleras nacionales, canciones que están presentes en la memoria musical colectiva y que han marcado varias etapas en su evolución artística.

Uno de los cantantes emblemáticos fue Juan Carlos Azuaje, un auténtico sonero, que venía de orquestas bailables de guaracha, él pegó varios temas en los inicios de la orquesta. Otros importantes vocalistas han sido Juan  Carlos Newman, Nelson Arrieta, poco antes de unirse a Guaco por 17 años; Elvis Nava, Robert Villasmil, Francisco Padrón, quienes impusieron los temas “Somos”, “Recuérdame”, “El pragmático”, “Nací para quererte”, “Háblame”, “Un nuevo amor”, “Qué difícil”, el merengue “Pensando en ti”, “Amor de primavera”, “Motivos”, “Princesa” del bajista pionero José Luis Suárez, en 1985; “Cuando vuelvas”, “A él”, “Tan enamorados”, la balada-salsa “Dile” y “Me he vuelto a enamorar”.

Carángano ha sonado desde 2013 con nuevos temas: “Ya no me sabe igual” del compositor cubano Alfredo Nodarse, interpretado por Alfredo Cabrera; “Llévame y déjame” compuesto por Jorge Luis Chacín (quien en los años 90 fue bajista de la orquesta), Luis Enrique Mejías y Fernando Rojo, interpretado por Erwin Bracho; ambos temas con muchísima aceptación en el público; y “Extrañarte” de José Luis García.

Gustavo Aguado, el líder de Guaco,  impuso “Deja que salga la luna” un gran éxito con Carángano, grabado con generosidad y con actitud colaborativa, la que se ha mantenido siempre entre estos viejos excompañeros guaqueros.

Son muchos los temas de Carángano que permanecen vigentes en el gusto de los melómanos, como la balada-son “Dile” de la autoría de Willy Chirino, el nativo de Pinar del Río, Cuba. La grabaron en 1988 y marcó el comienzo del lanzamiento nacional de la orquesta. Es un tema balada-son, con un profundo mensaje que nos  habla del hombre que vence el desamor y se libera de la pena que lleva en su alma:

“Ya no corro a prisa
cuando el timbre suena
esa pena no quema mi sien,
dile que mi pecho ya rompió las redes
brindo por ustedes
que les vaya bien”

“Dile” interpretada por Rafael “Pollo” Brito y Erwin Bracho (Carángano Sinfónico)
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Fue interpretado con maestría por Juan Carlos Azuaje, quien falleció en un accidente de tránsito el 13 de octubre de 2004. Yo tuve la suerte de participar en el lanzamiento de ese álbum junto al empresario discográfico William Lugo, dueño de las tiendas “Disconauta, siempre en órbita”. Al principio, el señor Lugo consideraba que era una canción “muy lenta, poco comercial, no encantaría al bailador”. Mi criterio a favor del tema fue sustentado en lo profundo de su lírica romántica, su letra era liberadora a la vez, una auténtica celebración de un renacer sentimental:

“Dile por favor que ya no la quiero
que no me muero con mi soledad
que su amor ya no me interesa
hablo con franqueza digo la verdad”

El lanzamiento del álbum con el tema “Dile” como ancla, lo hicimos en Granja Alegría Club, con un concierto de Carángano junto a la agrupación Un Solo Pueblo, que estaba sonando en todo el país con el tema “Woman del Callao: tiene mucha heart, tiene mucho tempo”. Los empresarios organizadores fuimos José Bonacía y yo, logrando que 8 mil personas colmaran las instalaciones del club, sus gerentes cerraron las puertas y quedó mucha gente fuera protestando, pidiendo a gritos entrar. La canción “Dile” se consolidó de tal forma en el gusto de la gente, que se convirtió en un sonido de identidad de Carángano, una especie de himno caranganero, a tal punto, que con ella cierran sus conciertos porque representa el climax en cada show.

El éxito ha acompañado a Carángano; orquesta que es sinónimo de disciplina, musicalidad de alto tenor, estilo vanguardista para expresar la salsa y los ritmos del Caribe. La versatilidad de José Luis García como hombre visionario de la música, lo ha llevado a realizar álbumes que rompieron estándares, con una propuesta emergente como orquesta de salsa, con un concepto vanguardista. Uno de esos álbumes fue “Carangano en navidad” donde recreó con un sonido actual los clásicos navideños del Caribe, como “Año viejo”, “Cantares”, “Bonita navidad”, convirtiéndose en un acontecimiento; allí estuvo como cantante invitado Argenis Carruyo. Otro álbum exitoso fue un tributo a la gaita, dentro del esquema del ritmo gaitero, que bautizó “Cachachá”, creado por el propio García para las producciones con el Gran Coquivacoa junto a Neguito Borjas. Allí grabó temas como “Gaita para todos”, “Una tumba y un bongó”, originales del Grupo Guaco de 1978, con invitados especiales, entre otros, el tenor Betulio Medina.

Dentro de su evolución, la orquesta ha realizado varios conciertos sinfónicos en el Aula Magna de la Universidad “Rafael Urdaneta”, donde se conjugan los músicos de la orquesta base con los 60 músicos de la Orquesta Sinfónica del Caribe dirigida por el maestro Rubén Cova; con invitados especiales como Huáscar Barradas, Nelson Arrieta, Rafael “Pollo” Brito, Mermelada Bunch, y el dueto Caibo: Han sido eventos memorables, llenos de gran emotividad y con todas las localidades vendidas. El triunvirato de cantantes que se ha mantenido como imagen de la orquesta en la última década, se hace cargo del grueso del repertorio: Alfredo Cabrera, Erwin Bracho y el propio José Luis. Cabrera y Bracho han estado con Carángano en dos etapas, y en paralelo desarrollaron carreras, Alfredo en empresas petroleras y Erwin como abogado mercantil.

Carángano se prepara para celebrar sus tres décadas y media de trayectoria, con un extenso catálogo de éxitos, con un estilo único en la música urbana, enmarcado en su cuarto concierto sinfónico, con la dirección general de José Luis García, un músico integral, porque no es un hombre que vive de la música, sino que vive para ella. Nació en Maracaibo el 10 de septiembre de 1954, se inició como baterista, luego aprendió a ejecutar la guitarra y el piano, realizó estudios de teoría, solfeo y armonía en el Conservatorio “José Luis Paz”. En la actualidad es director de la Orquesta Típica del Estado Zulia, destacando como compositor, arreglista y cantante de muchos éxitos de Carángano, y de otras agrupaciones musicales venezolanas. José Luis es un líder visionario, que ha sabido adaptar la orquesta a los cambios, a cada tiempo vivido, en un eterno fluir de su arte. Asemeja su trayectoria a lo que Jorge Luis Borges llamaba lo eterno: “Sólo lo que fluye es eterno, lo inmóvil se hace ruina”. La música es como los ríos, como la vida: Un constante fluir. Las largas noches de García, solitario ante el piano, componiendo, arreglando, han dado su fruto, y hoy en día tiene el respeto y la admiración de todos los músicos venezolanos.

La Real Academia de la Lengua Española conceptúa el vocablo carángano como “un instrumento musical mixto de cuerda y percusión, de origen africano. Consiste en una tabla o caña a la que se ata una cuerda tensa sobre la que se coloca una vejiga de res inflada que sirve de resonador.” Se utiliza en una noche de parranda y luego se desecha. Aunque en su definición, su destino es breve, efímero; podemos afirmar que la orquesta Carángano venció la admonición de lo fugaz y de su anunciada muerte temprana. Hoy en día es reconocida como una orquesta que impuso su tiempo y se perpetúa, creó una arquitectura musical propia; y tal como lo definió la filóloga catalana Anna Papiol Constantí: Su legado musical será perdurable.

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