Amílcar Boscán, cantante, compositor, abogado y articulista, nacido en la ciudad de Maracaibo, Venezuela, el 17 de mayo de 1960. Aunque en la familia de Amílcar no se registra ningún antecedente musical, a la influencia de una tía melómana pudiera atribuírsele la relación del primero con la música y que, a través del canto, se convirtió en una manifestación constante durante toda su escolaridad y bachillerato. Aunque también, a los 6 años de edad, Amílcar sentenció que sería abogado.
Es en el año 1979, preparándose para ingresar a la Facultad de Derecho, grado que obtendría en mayo de 1986, cuando Amílcar encuentra la primera oportunidad profesional dentro de la música, esto fungiendo como cantante líder de una agrupación de neofolklore venezolano conocida con el nombre de ‘Guaco’ y a la que, en apenas cinco años, Amílcar llega a proveerle tan significativa cantidad éxitos que ambos se catapultan nacionalmente. Sin embargo, el espíritu irreverente de Amílcar, consustanciado desde los 12 años de edad con un género musical distinto, ‘La Salsa’, y ya maduro para escribir, lo llevan a renunciar a la mencionada agrupación para irrumpir internacionalmente en 1985 como solista, siendo que desde entonces han sido ocho los álbumes que ha presentado al público, y de donde se extraen los éxitos ‘Apariencias’, ‘Más Que Eso’, ‘Por Qué’, ‘Amor de Madrugada’, ‘Yo Soy El Hombre’, ‘Señorita de 15 Años’, ‘Mujer de Piedra’, ‘Patrón de Amor y Guerra’, ‘La Era de la Sinceridad’, ‘Ámame’, ‘Los Olores del Amor’, ‘Melancolía del Domingo’ y ‘Respuesta’. Los éxitos que han sido mencionados se extraen, fundamentalmente, de la trascendencia de la obra de Amílcar en las repúblicas de Colombia, Panamá y Perú.
Más de ciento cincuenta obras escritas y profesionalmente grabadas hacen de Amílcar Boscán, más que un compositor prolífico, una pluma de sello genuino. Por esta razón también es el compositor predilecto del maestro Willie Colón en los últimos 24 años, destacando entre sus obras ‘Talento de Televisión’ y ‘Cayo Condón’. La empatía reinante entre ambos artistas los llevó a grabar a dúo, en 1992, el clásico internacional ‘Los Olores del Amor’, letra y música de Boscán. En este sentido, según palabras textuales de Willie Colón, históricamente el productor musical más importante del género salsero, Amílcar es una especie de Gabriel García Márquez o de Picasso para la música latina.
En los actuales momentos Amílcar, un iconoclasta indoblegable dentro de su género musical, presenta un avance su octavo álbum, ‘Revelaciones’: un disco que atiende las necesidades que demanda un público manifiestamente harto de las fórmulas que reciclan y que esculpe desde una perspectiva virgen el tratamiento lírico y melódico de las canciones que lo conforman, perspectiva a la que el propio Amílcar califica de existencialista, considerando que en ésta el hombre, en su relación con el entorno, constituye el centro del universo, superándose así conceptos que a la luz de los tiempos que discurren resultan obsoletos, como los de ‘Salsa Social’ y ‘Salsa Romántica’. De dicha producción se ha extraído el sencillo promocional “El parcero”, una historia que trata del llamado “sueño americano”.
Amílcar Boscán – “El parcero”
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En lo que respecta a su profesión académica, la abogacía, luego de veintiocho años de graduado, Amílcar Boscán se mantiene activo como abogado consultor de ciertas empresas en la ciudad donde hace vida, Maracaibo.
Pero la inquietud de Amílcar Boscán por la cultura, hace que éste le asigne hoy a la lectura el reto más grave que enfrenta el hombre: el de transformarse asimismo. Así, se declara lector voraz de la novela histórica, muy especialmente de la relacionada con el judaísmo y el cristianismo, doctrinas que para Amílcar resultan pilares de la vida posible y donde autores como Cesar Vidal Manzanares, Paul Jonhson y Taylor Caldwell, entre otros, resultan sus predilectos.
En cuanto al ser humano, Amílcar Boscán, mucho antes de convertirse biológicamente en padre (1998), fungió como tal ejerciendo la tutela de quienes entonces eran sus hermanos menores, esto en correspondencia con los valores de una solidaridad donde no hay salvación para uno si ésta no comprende a todos. Hoy, siendo sus hermanos adultos e independientes, Amílcar dedica sus fuerzas al cuidado de su madre y la crianza de sus hijos menores: Amílcar Andrés, Diego Andrés y Camila Isabel, en compañía de su esposa.