“Al dulce imán de su voz”
Sor Juana Inés de la Cruz (México 1651-1695)
Al verla cantar, se evidencia el contacto que establece con la fe, es una energía palpable, que se hace credulidad y amor por la madre universal. Me impresiona lo absorto de su mirada, esa luz difusa que por momentos la envuelve, y su voz que va naciendo en la catedral interna de su pecho: Es Carmencita Silva, la hija predilecta de Chiquinquirá, la dama que al cantar con voz que lleva efluvios infantiles, pareciera que fuera una niña que ve cara a cara la fe.
Esa cantante mística, es la hija menor del barbero margariteño José Isabel Silva, a quienes los parroquianos llamaron “Chabelo”, y de doña Carmen Narváez, mujer que siempre cantó gaitas con dulce pasión. Carmencita, la cantora mística, nació el 17 de marzo de 1950 en el Barrio Obrero de Cabimas, en el corazón de la capital petrolera de América. Cinco años después de su llegada como la surrapa consentida de esa extensa familia, su hermano mayor, Héctor Silva Narváez fundó el conjunto Barrio Obrero de Cabimas, el 12 de octubre de 1955. La agrupación dirigida por el furrero mayor de los Silva, asombraba al público al mostrar una batería de cinco furros, con distintas dimensiones y tensiones, colocados en la primera fila; los membranófonos eran los auténticos protagonistas en cada presentación. Con dos tamboras hechas con madera de vera y cuero de vaca, con un solo parche, que tocaban de lado, como se ejecuta el tamborito panameño y la tambora dominicana. Y la charrasca de bronce o níquel, junto a las maracas y el cuatro. Sin la presencia de instrumentos electrónicos, sin contrabajo y sin guitarras. Los solistas y coristas se colocaban en la retaguardia, cerrando filas, privilegiando la presencia de la escuadra de la percusión.
El nombre Carmen, en su origen hebreo, significa jardín, y está presente en todas las lenguas del orbe. Son famosos “Los cármenes de Granada” en España, los jardines internos de las viejas casas de la ciudad con vestigios del reinado arábico. El apellido Silva significa oda, composición poética. El Diccionario de la Real Academia Española agrega: “Combinación métrica, no estrófica, en la que alternan libremente versos heptasílabos y endecasílabos”. Marcada con esos significantes, Carmencita ha llevado su canto por toda Venezuela, siempre con una sonrisa de infanta que ilumina su rostro, con una dulzura que los años no han podido atenuar. Se prepara para celebrar 45 años de carrera, con marcas muy interesantes, como el haber ganado la “Gaita del año” en dos temporadas consecutivas, y con temas chiquinquireños: “Dos regalos” en 1981, y “Señora de mis pensamientos” en 1982, ambas piezas del “Poeta de la Virgen”, el célebre repentista, Jairo Gil.
“Hoy quiero tenerte
más cerca para cantarte
y quiero entregarte
dos regalos de gran suerte.
Permitidme al verte
que esta ofrenda pueda darte
mi vida para quererte
y el alma para adorarte”
(Gil, 1981)
Carmencita Silva interpreta “Dos regalos” en la Plazoleta de la Basílica
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Son las únicas gaitas dedicadas a la Virgen Chinata, que han ganado por unanimidad el premio “Gaita del año”:
“Te dedico lo que siento
y lo pongo ante tus pies
pues mi vida todo el tiempo
va girando hacia su fe
si sufre en su sufrimiento
yo con usted sufriré
y si siente algún tormento
también me atormentaré
Señora en mis pensamientos
siempre la he encontrado a usted”
(Gil, 1982)
Carmencita le ha grabado a Jairo Gil una veintena de gaitas, otra muy destacada es “La virgencita de mi madre” donde el propio autor comienza declamando:
“China cuando me levanto
breve oración te dirijo
y si sientes que me aflijo
cómo alivias mi quebranto”
He tenido la oportunidad de presentar al Barrio Obrero de Cabimas, en eventos, en programas de radio y de televisión; y siempre me consigo con un conjunto que suena igual, con el mismo estilo de hace 30 años, y Carmencita Silva, con su timbre intacto y su canto hermoso. Su show estaba caracterizado por la magistral presentación de los temas, a cargo de Alberto Silva Narváez, un declamador impecable, educador con carácter, hombre que transmitía una gran fuerza y maestría en el escenario. Fue un momento terrible para Carmencita y su familia cuando el profesor Alberto fue diagnosticado de tumor cerebral y murió en la Clínica Paraíso de la ciudad de Maracaibo. Ahora el rol de presentador-declamador lo cumple su talentoso sobrino Alejandro “Nano” Silva, compositor y músico, el hijo mayor de Héctor Silva Narváez, es uno de los herederos de este tesoro folclórico, que ya ha visto a tres generaciones familiares en sus filas. “Nano” Silva además es un compositor cotizado, ligado al éxito de Guaco y a otras orquestas relevantes de Puerto Rico y Nueva York.
Las actuaciones de Carmencita en los escenarios nacionales por casi medio siglo han garantizado la presencia de la mujer dentro del género musical: sentir que nos representa y que se ha expandido por toda Venezuela. La gaita no se puede entender en su origen sin la presencia de la mujer, porque más que una forma musical, connotaba una reunión familiar, donde todos participaban tocando instrumentos o cantando, el pasarse el pañuelo marcaba los turnos para cada solista. Eso es exactamente lo que ha hecho el Barrio Obrero de Cabimas en sus seis décadas de evolución, y Carmnecita Silva ha sido su principal imagen femenina, alternándose con caballeros de la talla de Bernardo Bracho, José “Bambaíto” Guzmán, Tito Delgado, Alexis “Aluminio”, entre otros.
Cada temporada esperamos la gaita a la Virgen en la voz de nuestra admirada cabimera, la consentida del Barrio Obrero, y ella misma reconoce su misión de cantarle a la patrona del Zulia en cada temporada:
“Vuelvo a cantarte mi china
desde mi barrio gaitero
son muchos años, mas quiero
hacerlo toda mi vida.
Y es que me da desespero
solo pensar en no cantarte
si mi alma es para adorarte
y adorarte es mi sendero”
Ese tema es original de Alejandro “Nano” Silva, de la temporada 2000. Se convirtió en un clásico en el extenso catálogo de la agrupación más tradicional de la gaita en Venezuela, Barrio Obrero de Cabimas.
En el marco de los 150 años del nacimiento del doctor José Gregorio Hernández en Isnotú, estado Trujillo, el 26 de octubre de 1864, y con la reminiscencia de las siete décadas de la coronación de la Virgen Morena, este año, Carmencita Silva cantará en la “Bajada de la Virgen” el último sábado de octubre, como reza la antigua tradición. De nuevo podremos ver su rostro iluminado por la fe, y podremos sentir “el dulce imán de su voz”, como lo cantó la exquisita poeta mexicana Sor Juana Inés de la Cruz.
Carmencita con su arte y su sensibilidad genuina, eleva al máximo la espiritualidad zuliana.