“Montreal, tú revelas tesoros que los marinos profanos,
jamás sabrán decir”
Claude Beausoleil (Montreal, 1948)
Montreal es una megalópolis donde se respira cultura, una urbe multiétnica, capital de las artes, con una atmósfera europea en su arquitectura centenaria, fundada en la costa este de Norteamérica en 1642 por los colonos franceses. Es una isla bañada por el río San Lorenzo, muy fértil. Su bandera tiene los iconos de sus pobladores pioneros, en fondo blanco y surcada por franjas rojas en perfecta simetría, muestra la rosa de Inglaterra, la flor de Lis francesa, el escudo escocés y el trébol irlandés: esa amalgama de nacionalidades está en sus cimientos, en sus raíces más profundas. Tiene la población universitaria más numerosa de toda América, gracias a sus cuatro importantes universidades, donde descuellan la McGill y la Universidad de Québec. Tiene el mejor equipo de hockey sobre hielo del país, el multicampeón “Les Canadiens de Montréal”.
Visité con nostalgia el Estadio Olímpico fundado en 1976 para esos juegos olímpicos donde brilló Nadia Comaneci, y que después fue la casa de los Expos de Montreal donde militó el Gato Galarraga y asombró a los fanáticos con su extraordinario poder jonronero.
Me tocó visitar esa histórica ciudad en la estación de otoño, a la que Pablo Neruda consideraba lo mejor de la vida. Las temperaturas han oscilado entre 2 y 9 grados centígrados, vientos que mueven acompasados sus árboles rojos, amarillos, verdosos, desprendiéndoles sus hojas por millares, haciendo una fiesta ecológica de gran belleza.
En ese ambiente, el Centro Cultural “Simón Bolívar” organizó una gala musical, la tituló “Relato musical del folclor venezolano”, en el magnífico teatro “Leonardo Da Vinci”, ubicado en el quartier o barriada Saint Leonard, asentamiento de la vasta colonia italiana. A mí me tocó realizar la animación de la gala, presentar a las tres agrupaciones participantes. Comenzó a las 7:00 pm, contó con la presencia de los embajadores latinoamericanos, cónsules, venezolanos que aquí residen y la prensa local. Al subir el telón, comenzó un video mostrando las fascinantes oportunidades turísticas que brinda Venezuela. Luego realizó su salutación el Embajador de Venezuela en Canadá, Wilmer Barrientos Fernández, en sus palabras destacó la alianza que mantienen Canadá y Venezuela, los fuertes lazos comerciales y culturales que han establecido las dos naciones hermanas.
Luego sonó la música del Sexteto Venezuela dirigido por el profesor Alberto Hernández Valera, ejecutante del cuatro y destacado director de corales, con las voces de Yubia Sierralta, Liduzka Cánchica y el zuliano Ender Calixto. Interpretaron clásicos de folclor venezolano, “Ansiedad”, “Moliendo Café”, “Tonada de luna llena”, “Pajarillo verde”, entre otras. Le rendimos honores al maestro Hugo Blanco por su reciente partida.
En mi segunda intervención hablé de las formas musicales venezolanas, su vastedad, cómo van desde el galerón oriental, pasando por ese canto de labranza que llamamos tonada y las 30 formas conocidas del joropo, hasta la danza, el merengue, el vals y la música afrocostera. La gaita y los cantos de velorio, la décima, la música cañonera, todos conforman nuestro universo sonoro, nuestro mundo armónico. Ellas son los rasgos de identidad musical del pueblo venezolano.
Luego actuó el Ensamble Libertad, trajo al escenario la música llanera recia, liderado por Hermes Cardozo, interpretaron “Pasillaneando”, “Quirpa”, “Linda Barinas”, entre otros pasajes.
La Cónsul de Venezuela en Montreal, Mary Flores realizó algunos reconocimientos a los colaboradores y dirigió unas emotivas palabras de afecto a los músicos participantes, y a los invitados que plenaron las 500 butacas del teatro. Habló del mejor embajador que tienen los pueblos, su música.
Me tocó presentar la gaita, el alma sonora de los zulianos, ahora extendida por toda Venezuela y parte del mundo. La interpretó el conjunto Gaita Nuestra, fundado en Montreal por Ender Calixto, exintegrante de Racoa que llegó a Québec en 2005 y se estableció. Calixto también es fundador del portal web www.gaitanuestra.com. Actuaron con un gran nivel interpretativo, hicieron sus temas más conocidos por el público montrealés, luego cantaron “Sin Rencor” de Neguito Borjas y “Chinita de Maracaibo” interpretada por niños. Cerraron con la batería de tambores sanbeniteros y pusieron al auditorio a bailar. El genio renacentista Da Vinci observaba impávido desde su vitral, la danza de los vasallos en tierra quebeca, con banderas venezolanas entrelazadas.
En los días posteriores al evento musical, asistí a varios programas de radio, me realizaron interesantes entrevistas. Recuerdo con afecto la de Ana Silvia García en Radio Centre Ville 102.3FM; con mucha calidez ella condujo el programa, cantamos, declamamos, compartimos crónicas de la gaita. También visité la primera radio hispana de Montreal: Ozónico, donde me entrevistó Juan Pablo Jaimes, un tachirense muy asertivo, melómano, interesado en nuestra música raigal.
El día 28 de octubre realizaré la presentación de mi libro “La gaita en crónicas” en el Centro Cultural Simón Bolívar CCLSB, ubicado en la 394 rue Maisonneuve, a las 6:00 pm. Me acompañarán los cantores amigos que aquí habitan, los venezolanos que han hecho su carrera musical en estas tierras de hielo y sorprendentes trombas de agua, donde la gaita está recién sembrada junto a los poderosos árboles de arce.
Agradezco a Trade Quip y a la Fundación Beltway por el apoyo que me están brindando para la segunda edición de mi obra, así como el aval de la Universidad del Zulia, y la gentil aceptación de los lectores.
En estas calles otoñales hay un sentimiento intransmisible, un latido múltiple como de infinitos relojes, que me lleva pensar por estos días, que Montreal es el centro del mundo, y que en el centro de su creación está Dios y la música.