No es el titulo de una gaita, en este caso, y mucho menos, una incitación a una protesta de la población por las carencias en sus barrios, o por el contrario, es una manifiesta y publica exhortación a un pronunciamiento definitivo que estimule la propuesta de un método ideal para elegir la “gaita del año”. Tampoco es un artículo recalcitrante de un columnista debutante que escribe con el sabor mas amargo de la hiel. No, no, no, están todos equivocados si pensaron así.
Resulta ser que debido a la situación de crisis que vive el país, los gaiteros no hallamos sitios donde tocar y a estas alturas de la temporada deberíamos estar viajando a otros estados, o por lo menos, a la capital, para trabajar fuertemente, y la realidad es que esto no es así, lo cual nos ha obligado a “recogernos” en nuestros hogares y hacernos “adictos” a la programación televisiva… ya van entendiendo?……..no, pues continúo………resulta ser que estando en estos avatares televisivos hogareños, observé uno tras otros, los encuentros finales de la temporada regular del béisbol venezolano para definir los afortunados equipos que pasarían al round robin, y por supuesto en ningún juego estaban las “alicaídas” Águilas del Zulia, por que hacia rato habían sido eliminadas, como ha venido ocurriendo consecutivamente en los últimos años.
Estoy conciente de que lo que estoy afirmando va a levantar “ronchas” pero siento el deber como un fanático más, de expresar lo que late en mi pecho. Unos dirán que no soy experto en béisbol, y es verdad, otros dirán: “zapatero a tus zapatos”, etc., etc., pero con todo y eso, ahí les va.
La afición del Zulia se ha ido retirando del estadium y poco a poco ha ido perdiendo ese “algo inusitado” que lo llevaba al estadio para vitorear a su equipo del alma, en pocas palabras se ha venido desencantando del otrora tenaz, fuerte y competidor “equipo con mas garra” del béisbol venezolano. Yo no sé en verdad de quien es la culpa o si creo saberlo, pero prefiero no meterme en “camisa de once varas”. Lo cierto es, que yo anhelo al equipo de mi infancia, al que disfruté cuando Papá me llevaba a ver a las verdaderas Águilas del Zulia, a un Richard Billings en la receptoria, a un Tobby Harrah en el short, a un Mickey Scott ponchando con su curva embrujada a Bob Darwin, a un Benjamín Oglive estrellando su “tumusa” contra la pared fildeando un batazo, a un Cookie Rojas desplazándose elegantemente para ejecutar un doble play, a un Tom Grieve conectando contundentemente un cuadrangular, amén de la entrega y apostolado de los criollos como Elio Chacón, Hirán Paz, Gustavo Esposito, Nidio Sirit, Leonel Carrión, Andrés Reyes Barrios y los que no recuerdo, y los que estuvieron antes, más los que vinieron después y pare usted de contar, es cierto, podrán haber algunas imprecisiones en este escrito, lo admito, y es que la memoria puede traicionarme, pero lo que es relevante y verdadero es que yo anhelo un equipo competitivo, con verdadera garra, con los mejores importados, con un desarrollo planificado del material criollo para celebrar cuando uno de ellos llegue a las grandes ligas, yo quiero una divisa de la cual sentirme orgulloso y de la cual pueda vanagloriarme como lo hacen los fanáticos de los demás equipos, deseo llevar a mi familia al estadio y que al terminar el encuentro salgamos victoriosos con una sonrisa de “oreja a oreja”, yo creo que como gente del pueblo, como profesional, como hombre común, como ciudadano de “a pie” me lo merezco y lo merecemos todos los que hemos nacido en esta Tierra de Dios llevando la afición al béisbol hirviendo en la sangre, es una petición pública, es un grito desde lo más profundo del corazón, es un verdadero “clamor zuliano”.
Feliz y Venturoso Año Nuevo 2004, bajo el signo de la paz les desea M.Sc. Luis Germán Briceño V.