Soto, Douglas

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DOUGLAS SOTO

Furrero

Conjuntos: Cardenales del Éxito / Universidad de la Gaita / Otros

BIOGRAFIA

En la gaita zuliana, el nombre de Douglas Soto es referencia obligada para estudiarla en sus estadios contemporáneos.

Douglas Alberto Soto González, nació  a las tres de la tarde del 16 de enero de 1943, asistido por la partera Balbina de González en la residencia de sus padres Aurora Josefina González Velazo y Ángel Alberto Soto, ubicada en el sector Veritas, en Maracaibo.

Desde su infancia sintió inclinación por la música y los ritmos tradicionales de la región como la danza, la contradanza, los valses e indiscutiblemente, la gaita. Complacido por su padre, obtuvo un furro y un cuatro. Este último lo aprendió a tocar gracias a un profesor contratado, que sin embargo lo logró desenamorarlo del “mandullo”.

Un primo suyo de nombre Luis Gonzáles lo llevó con el gran Jesús Lozano, pero no sería hasta la edad de doce años cuando empezaría a explorar las sonoridades del furro.

Al lado del maestro Jesús Lozano, Douglas Soto aprendió a tocar el furro. Soto se inició con la emblemática agrupación Santa Canoíta, una agrupación de índole familiar que se dedicaba a tocar en las fiestas y parrandas de la vieja comarca del Saladillo y en los patios de las casas de sus integrantes. En esta agrupación compartió con Ricardo Aguirre y Gladis Vera, quien para ese entonces era furrera.

Luego paso a formar parte de Pitoquín, importantísima agrupación gaitera que traduce con su nombre, el concepto de la categoría básica de quienes aspiran jugar al béisbol y transitan el camino en esta disciplina hasta llegar, mediante la práctica y la constancia, a las ligas mayores. Pitoquin era el laboratorio donde se gestaba la agrupación considerada por muchos músicos gaiteros como “las grandes ligas de la gaita”: Cardenales del Éxito, de la cual Douglas Soto fue fundador y pilar fundamental, junto a sus compañeros “El Chuo” Luzardo y Luis Ferrer.

Eran los tiempos cuando el hombre de radio y excepcional gaitero Pedro Colina, aunaba el trabajo de los conjuntos nacientes a través de las ondas hertzianas.

Contrajo nupcias en 1968 con Janette Josefina Mendoza Molero, con la cual procrea su único hijo Ángel Alberto Soto Mendoza, nacido el 1 de octubre de 1969, y a la cual perdería en noviembre de 1992.

Sus estudios de primaria y secundaria los cursó en Maracaibo, en el Colegio Nuestra Señora de Chiquinquirá de los Hermanos Maristas. Posteriormente, inicia sus estudios en la facultad de medicina de la Universidad del Zulia, los cuales abandonó al alcanzar el tercer año de carrera, para continuarlos en la Facultad de Medicina de la Universidad Complutense de Madrid. Tras año y medio de estancia en España debe regresar a Venezuela por problemas de salud.

A su regreso ingresaría a la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales de la Universidad del Zulia, de donde egresó con el grado de Licenciado en Contaduría Pública en 1976.

Douglas Soto formó parte de Cardenales del Éxito desde 1962 hasta 1980, cuando pasó a las filas de la naciente Universidad de la Gaita, hasta 1984.

En 1985, volvió a Cardenales del Éxito a reorganizar lo que iba a ser la nueva etapa de este conjunto a partir de 1986, pero en 1989 forma junto a varios compañeros la agrupación VHG, que tan sólo duraría un año en esta etapa.

Reestructuró y dirigió la agrupación Rincón Morales hasta 1991, y en 1992 regresó a Cardenales del Éxito, los cuales abandonó un año más tarde por desacuerdos con la directiva.

En 1993 relanza VHG, con los cuales estaría hasta 1995, cuando materializa el viejo anhelo de formar un grupo de gaiteros veteranos: Los Mismos de Ayer, con quienes estuvo hasta 1998, cuando respondiendo al llamado  de su hermano Ricardo Cepeda, le ayudó a organizar y formó parte de Los Colosales.

En el 2004 comienza junto a su hijo Angel, la organización y producción de Cardenales del Pueblo, la cual sería la última de sus creaciones, porque el 5 de julio de ese mismo año, fallecería a consecuencia de la diabetes.

Su técnica personal y calidad interpretativa le otorgan al instrumento fuerza, colores y matices que alimentaron profundamente la gaita tradicional. Su vocación y amor por la música zuliana lo llevaron a convertirse en “El Furrero Mayor”.

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